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Los agricultores de la Denominación esperaban recoger este año unos 350.000 kilogramos

El temporal echa a perder 50.000 kilos de pimientos de la cosecha de este año

El Consejo Regulador calcula que la lluvia y el viento han arruinado ya un 15% de la producción

Los agricultores esperaban este año una cosecha de pimientos de 350.000 kilos

Publicado por
Georgino Fernández - ponferrada
Ponferrada

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Los productores de pimientos de la comarca berciana siguen mirando con angustia el cielo esperando ver como el temporal de los últimos días se aleja definitivamente para dar paso de nuevo al sol y al calor. Y es que las intensas lluvias y fuertes vientos de los últimos días han venido en la peor época para la magnífica cosecha de pimientos que se esperaba este año. A estas alturas del año, cuando está a punto de iniciarse la recolección de los pimientos lo que este cultivo necesita fundamentalmente es sol y calor. La lluvia provoca -como de hecho ya está pasando- brotes de botritis y podredumbe. Así, el agua y los vientos que han echado por tierra a numerosas plantas han provocado ya que alrededor del quince por ciento de la cosecha de este año esté irremisiblemente perdida. El presidente del Consejo Regulador del Pimiento, Pedro García, calcula que alrededor de 50.000 kilogramos de pimientos con sello de calidad ya no servirán para recolectar. Las pérdidas aún no son catastróficas pero si continúa el temporal, la situación se volverá muy complicada, tal y como apuntan los productores de pimientos bercianos. El tiempo este año, en lugar de ser un aliado, se ha convertido en un auténtico enemigo. Los agricultores esperaban triplicar la producción alcanzada en el pasado ejercicio, cuando se recogieron alrededor de 110.000 kilogramos de pimientos amparados por el Consejo Regulador. Esta campaña se pensaba llegar a una cifra histórica: 350.000 kilos, algo que ahora se antoja ya muy complicado por las inclemencias meteorológicas. Además de la lluvia, otro problema importante al que se enfrenta la cosecha de este año es a las fuertes ráfagas de viento que han acompañado a las tormentas. El viento ha tirado por tierra numerosas plantas ya prácticamente maduras y los pimientos que ahora tocan la tierra, totalmente húmeda, se pudren en cuestión de pocos días.