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Ponferrada

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EL AÑO que estudié COU en el instituto El Señor de Bembibre teníamos clase de Lengua los lunes, si no me equivoco, a primera hora de la mañana. La semántica y los análisis sintácticos pueden convertirse en un verdadero galimatías cuando uno aún no sabe si está despierto del todo o está un poco dormido todavía. Y al menos en mi caso, estoy seguro de que me hubiera perdido en las subordinadas más de lo que ya me extraviaba habitualmente, si la paciencia y la tiza de José Luis golpeando repentinamente en el encerado donde garabateaba sus frases no me hubieran sacado más de una vez de mis ensoñaciones de adolescente. A José Luis le daba rabia que sus alumnos no le escucharan. Se enfadaba, nos miraba a la cara, nos trataba de tú a tú, como se trata a un adulto, y a uno no le quedaba más remedio que prestarle la atención que merecía aquel hombre empeñado en enseñarnos aún a costa de romper tizas y hacerse mala sangre. Y echarle carácter para convencernos de que no podíamos estar allí perdiendo nuestro tiempo. José Eloy, que me dio Ciencias en primero de BUP, también te miraba a la cara y te trataba de tú a tú, aunque su forma de conseguir la atención de unos alumnos más jóvenes, y más revoltosos, estuviera más cerca de la guasa que del enfado. No me olvido de cómo lograba hacernos reir cuando rompía el silencio y la tensión de un examen y se ponía a cantar alguna copla. Le teníamos que reñir para que callara, pero el examen ya había dejado de ser un drama. José Luis Alonso Lozano y José Eloy García Iglesias se jubilan este año y ya no van a dar más clases de Lengua y de Ciencias. El día 25 les hacen una fiesta en Bembibre y pensando que José Eloy ya fue de los primeros profesores del instituto a finales de los sesenta, y que José Luis lleva más de cincuenta años de docencia, no se me ocurre tiempo mejor aprovechado, aunque les diéramos más de un dolor de cabeza, que el que han dedicado a enseñarnos. Gracias.