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La caída del comandante Manso

El Ayuntamiento de Villafranca derriba el polémico monolito dedicado al militar que entró en la localidad al frente de las tropas nacionales y organizó la represión

Los operarios municipales derribaron el monolito durante la mañana

Publicado por
Paula Díaz - villafranca | corresponsal
León

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Villafranca del Bierzo se despertó ayer diciendo adiós a uno de los muchos monumentos franquistas que todavía pueblan las calles y plazas de España. El polémico monolito en honor al comandante Manso, ubicado en el jardín de la Casa de la Cultura, era derribado a primeras horas de la mañana por orden del gobierno municipal que, de esta forma, atendía a las peticiones de diversos sectores políticos y sociales. «Se tomó la determinación de que se eliminara ese monolito porque que no tenía razón de ser desde hace mucho tiempo», señalaba el alcalde de localidad, el socialista Vicente Cela, a la vez que aseguraba que, desde su equipo de gobierno, a partir de ahora se mirará «hacia el futuro y no hacia el pasado, reconociendo los valores y lo positivo que se asienta en Villafranca, dando un beneficio y enriqueciendo nuestra vida cultural, social y artística». El monumento, que fue erigido hace más de 60 años, con motivo de la llegada a la villa, procedentes de Galicia, de las tropas nacionales al mando del comandante Manso, fue derruido y retirado por los servicios municipales sin ningún tipo de publicidad, algo que suscitó posturas dispares entre algunos vecinos. «Villafranca es hoy un poco más justa con su historia». Con estas palabras mostraba su alegría el presidente de la ARMH (Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica), Emilio Silva, tras conocer la noticia del derribo. Silva, cuyo abuelo fue uno de los muchos represaliados del bando republicano, considera que «se ha hecho un acto de justicia», ya que, en su opinión, «era inconcebible que se rindieran honores de libertador (en la placa que acompañaba al monolito se reconocía al comandante Manso como libertador de Villafranca) a quien se dedicó a llenar las cunetas de gente». Así, aunque reconoce que «lo importante es que lo hayan quitado» y que «el ejemplo cunda», pide a los responsables municipales que lleven a cabo una «labor pedagógica», explicando a la sociedad las razones por las cuales se ha eliminado. El Ayuntamiento todavía no se ha decidido lo que se colocará en lugar del monolito, el regidor aseguró que «será algo adecuado y positivo para la población». Cela avanzó que progresivamente se irán sustituyendo las denominaciones de la época franquista que todavía dan nombres a diversas calles y que la Casa de la Cultura pasará a llevar el nombre del literato villafranquino, Ramón Carnicer. Precisamente, en esta línea de opinión, la ARMH hace una llamada para que «los monumentos se erijan atendiendo a valores democráticos» y piden un reconocimiento al que fue el último alcalde democrático de Villafranca antes de la dictadura, Antonio Gabela, «una persona que fue elegida por sus vecinos y asesinado por sus ideas».