Vamos a tomar algo

HAY en esta ciudad un complejo mapa barístico (valga bar para cualquier tipo de local que tenga una barra y un camarero/a/os/as) donde podría encontrarse material suficiente para varias tesis sobre el comportamiento humano, para unas cuantas variables estadísticas, para un buen número de relativas conclusiones muy a tener en cuenta por algún sociólogo. ¿Quiénes son los que van a los bares?, ¿cuántos?, ¿hay alguien que no vaya a los bares?, ¿por qué va la gente a los bares?, ¿a qué bares van?, ¿cuándo?. Tomarse una caña en la barra o café con leche en la mesa; discutir en voz alta y dar algún puñetazo en mesa o barra para que no se te discuta, o mantener una reconfortante o aburrida conversación que a veces es amena, a veces sólo comentarios. A ver quién hay, a quién me encuentro, a los mismos de siempre que vienen todos los días a la misma hora, o las caras desconocidas de los posibles habituales de este bar donde no había entrado nunca, o los amigos de todas las tardes en el bar de cada cual. Coincidencia con alguien que no veías. La calma de la segunda casa, recreo de la propia, que a ratos o a menudo pesa más que el ambiente más cargado del local con más fumadores de porros en plantilla. Caras largas, la vida dura, el barrio obrero. Aires resueltos, la vida distendida, los bares caros. Hay los que abren todo el día y pasan por ellos las diferentes horas con exactitud rutinaria. Hay los que descansan toda la semana y abren sus puertas a la noche llena de gente animada, gente exaltada, gente aburrida, gente fuera de lugar, gente tonta, gente guapa, fanfarrones, pasotas, presumidos. Los retóricos, los filósofos, los pesados, los perdidos, los que se quedan en casa y alguno que no vuelve; gente en movimiento porque es fin de semana y hay un concierto, o sesión de música funky, o fiesta de Cutty Sark, o nada, sólo gente. Y ¿qué tal te lo pasate?, ¿cómo acabaste?, ¿dónde?, ¿con quien?, dónde te metiste que te perdí de vista y luego ya no te encontré. Campeonatos de futbolín, de billar, de subasta; se vende lotería de Navidad, hay limonada. La mayoría de nosotros tiene un color favorito, una tendencia indumentaria, un pijama que nunca se pone, una camiseta viejísima, una película recurrente, un secreto, un plato preferido y un bar preferente. Es en los bares donde se escribe la vida de muchos, donde el camarero aprende psicología, donde se puede decir lo que se quiera. Anda, venga, vamos a tomar algo.