Friber se resigna y traslada a Bembibre su línea más internacional de embutidos

Los máximos responsables de la compañía Friber (Embutidos Pajariel) presentaron ayer públicamente el traslado definitivo a Bembibre del proyecto de productos loncheados que inicialmente pretendían desarrollar en Ponferrada. El presidente del consejo de administración, Miguel Ángel Marqués, anunció que no hay marcha atrás, entre resignado y molesto por las cortapisas urbanísticas y también por la falta de diálogo que ha encontrado en el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Ponferrada. Friber pretende abrir su sala blanca para loncheados en aceite de lomo, cecina, chorizo o salchichón, entre otras especialidades, en un periodo aproximado de un año. Será en una parcela de 12.000 metros cuadrados en el Polígono Industrial del Bierzo Alto, en San Román de Bembibre, donde se levantará una planta de unos 3.000 metros cuadrados, que empleará entre 15 y 40 trabajadores. A partir de ese momento, el objetivo es producir unos 50.000 envases diarios de los mencionados productos, que se dirigirán esencialmente al mercado internacional, donde según explicó tanto el presidente de Friber como su director técnico, Roberto Marqués, existe una gran demanda. Precisamente para no seguir incumpliendo compromisos comerciales, la firma ponferradina no va a esperar siquiera al resultado del contencioso que mantiene con el Ayuntamiento de Ponferrada al entender que la construcción de la sala blanca no vulneraría el Plan de Urbanismo de la capital berciana. Aunque el fallo se espera antes de que finalice este año. Miguel Ángel Marqués no se atrevió a cuantificar los daños y perjuicios que reclamaría su empresa al Ayuntamiento en caso de obtener la razón. Pero sí puso el acento en el grave e «irreversible» trastorno que les supone «partir» ahora el proceso productivo. Además, Roberto Marqués insistió, frente a las tesis municipales, en que la nave nueva en la falda del Pajariel no hubiera supuesto ningún aumento de la volumetría, puesto que para su ejecución se demolerían dos establos y un antiguo estercolero, y se aprovecharía un semisótano que ya aparecía en la planta original de la fábrica. Según sus cálculos, la diferencia entre la superficie y el volumen de las viejas edificaciones y la que hubiera sido la nueva resultaría negativa. Con todo, en opinión de los ejecutivos de Friber, lo peor en este conflicto ha sido la negativa del ejecutivo que lidera el popular López Riesco a escucharles. Miguel Ángel Marqués incluso abrió la puerta a la discusión de un hipotético traslado de toda la producción a otro punto de Ponferrada. Y al ser interrogado sobre las razones de este distanciamiento, repuso: «Por qué no nos reciben y porque hay esa mala relación, es una pregunta que a mí me gustaría que se la hicierais a quien la puede contestar», en referencia al alcalde y a su equipo.