El pleno condena la violencia sexual y aboga por el respeto a la justicia

La polémica desatada por la propuesta del pueblo de Dehesas de dedicar a Ismael Álvarez su centro cívico, respaldada inicialmente por el grupo de gobierno del PP, quedó cerrada teóricamente ayer en el pleno de la Corporación. No sin divergencias, la asamblea municipal ponferradina terminó apoyando por unanimidad la moción de los populares a través de la que el Ayuntamiento de Ponferrada «condena taxativamente todos los actos de violencia de género y contra la libertad sexual de las personas», y en la que se manifiesta «el apoyo firme y enérgico a las víctimas de tales conductas». En la propuesta del PP no se incluyen referencias explícitas al caso del ex regidor ponferradino, condenado por acoso a la ex concejala Nevenka Fernández. Aunque en el segundo párrafo de la moción, los corporativos prometen que «El Ayuntamiento de Ponferrada, conforma a los principios que informan las leyes procesales y penales vigentes, cumplirá, dentro de sus competencias, con lo dispuesto en las mismas y en los establecido en las sentencias pronunciadas por los Tribunales de Justicia». «Incluyendo», reza el citado párrafo, «el propósito rehabilitador y resocializador de las penas». Antes los miembros del equipo de gobierno habían echado atrás la moción alternativa de los socialistas en la que se ponía el acento en la «tolerancia cero» contra todo tipo de delitos de componente sexual. Pero sobre todo, en la que se recalcaba, que el Ayuntamiento se comprometería a no nominar ningún espacio público con el nombre de ninguna persona que haya atentado contra la dignidad de las mujeres». Con educación Sobre esta iniciativa muy concreta y taxativa del grupo socialista, y sobre la necesidad de tener en cuenta la rehabilitación y resocialización de cualquier personas condenada -en lo que abundó el grupo del PP- giraron las intervenciones tanto del portavoz de la oposición, Roberto Rodríguez, como las del delegado de Acción Social del ejecutivo Riesco, Reiner Cortés. En ningún momento, salvo cuando el alcalde llamó la atención sobre el calificativo de «indignos» que la socialista Ángela Marqués supuestamente dedicó a los vecinos de Dehesas por querer bautizar su centro cívico como Ismael Álvarez, se produjeron mayores encontronazos verbales.