Los incendios han calcinado este año un 25% menos de superficie forestal

La Guardería Forestal puede estar satisfecha con la evolución de las cifras de incendios este año en el Bierzo. Cerrada la campaña estival el pasado 15 de octubre, la estadística oficial de la Junta de Castilla y León, prácticamente inamovible en lo que queda de año, revela que las llamas han calcinado este año un 25 por ciento menos de superficie que durante el 2003. El fuego ha arrasado 2.309 hectáreas en el Bierzo, frente a las 3.136 que se perdieron el pasado año. El dato más negativo del balance, sin embargo, está en la extensión de bosque estropeada por el fuego. Si a lo largo del 2003, las llamas calcinaron 210 hectáreas arboladas en la comarca, este año han sido 267 las que han resultado afectadas por los incendios. Salvar el bosque de las llamas, en tanto que supone la superficie de mayor valor económico -sobre todo los pinares- y ecológico, es la prioridad de los servicios de extinción, siempre después de las poblaciones. A pesar del incremento de la superficie arbolada quemada, las cifras están muy lejos de las 825 hectáreas que se perdieron en 1999 y de las 953 al años siguiente. Al margen, de las extensiones arboladas, la reducción de la superficie forestal arrasada va en paralelo al recorte en el número de incendios registrados. Los 179 siniestros contabilizados por los agentes forestales en el Bierzo hasta mediados de octubre suponen la cifra más baja de los últimos seis años, lejos de los 339 declarados en 1999 y afortunadamente, muy distantes del nefasto año 2000, cuando en la peor oleada de incendios de la década, en el Bierzo se contabilizaron hasta 467 fuegos y se perdió la escalofriante cifra de 13.302 hectáreas de monte bajo y bosque. Aquel año, sin duda, fue el peor de la historia forestal de la comarca; el mismo año en que dos trabajadores de una cuadrilla morían calcinados en la ladera de un monte en Oencia.