Las clases no se reanudaron en toda la mañana a pesar de que la policía no halló ningún rastro
Una falsa amenaza de bomba obliga a desalojar a 600 alumnos del San Ignacio
Los estudiantes abandonaron las aulas al ser avisados de la realización de un simulacro
Una doble llamada teléfonica, alertando de la colocación de un artefacto explosivo en el colegio diocesano San Ignacio, en pleno centro de Ponferrada, obligó ayer martes a desalojar a los 600 alumnos de la institución educativa. El primero de los avisos, informando sobre la existencia de una bomba en las instalaciones se recibió hacia las 11.30 horas, y luego aún se produjo una segunda llamada, a las 11.45, en la que se daba cuenta del margen de 15 minutos que se concedía antes de la explosión. En previsión de cualquier incidente, y una vez que se informó a las fuerzas de seguridad del Estado sobre la situación, la dirección del colegio ordenó el desalojo de todos los estudiantes. La evacuación masiva, sin embargo, se produjo de forma especialmente ordenada. Fundamentalmente, porque a través de la megafonía se invitó a los estudiantes a realizar una práctica de simulacro, de tal modo que a las 12.00 horas todas las aulas se encontraban vacías. El mayor revuelo, sin embargo, se produjo cuanto los alumnos concentrados en la parte trasera del centro -en la zona del polígono de Las Huertas- comenzaron a percibir la presencia de agentes del Cuerpo Nacional de Policía y también de la Policía Municipal. El comisario del Cuerpo Nacional de Policía, José Luis Merediz, explicó que tras una minuciosa revisión de todas las instalaciones no se encontró ni rastro de artefactos sospechosos. Con todo, las clases ya no se volvieron a reanudar en toda la mañana. El responsable del Cuerpo Nacional de Policía, tras concluir la intervención, advirtió de que este tipo de falsas amenazas están tipificadas penalmente como delito contra el orden público, en previsión de que puedan repetirse.