Diario de León
Publicado por
RAQUEL PALACIO
León

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VAN siglos de polémica, desigualdades e injusticias. Quizás no sepamos sobrellevar un mundo equilibrado, por el momento no se ha dado el caso de comprobarlo. Con lo cual, es esta una idea-sueño-utopía que un pintor puede coger y desarrollar. Un pintor toma un concepto, lo exprime y obtiene un zumo que mostrar al público, que lo mira, lo huele o lo bebe, y experimenta una sensación. Cada persona un mundo, un gusto, un criterio. A veces ocurre que muchos reciben el zumo como elixir adecuado para su alma sedienta, entonces el pintor tiene éxito. Detrás de un éxito puede haber una galería con intereses y movimientos idénticos a los de las productoras musicales, que lanzan y arrebatan productos a la masa de memoria manipulable en que nos hemos convertido. Hay que ser muy libre, o sea, tener las espaldas cubiertas, o sea, tener dinero, para pintar lo que se quiera y evolucionar como se quiera sin que te manipule nadie. Pasado el escándalo que provocaron los impresionistas al salir a la luz, la libertad de creación y aceptación de nuevas corrientes se impuso frente a lo convencional (lo clásico) y lo superó, llegando hace ya un buen rato al famoso ejemplo del lienzo en blanco con un punto negro que se titula «Infinito». Para muchos, una broma pesada que cuesta lo que ganarían en media vida o la vida entera. Para otros, un tesoro de la capacidad creadora-sintetizadora que llega a metas y fines de lo más sublime. Se dice que quedó atrás la figura del creador como un elegido tocado por la divinidad, pero aún coletea bien vivo este pensar. Los tiempos cambian y cambia el arte. Hay pintores con pretensiones y los hay que se denominan aficionados. Hay los que viven de ello, los que lo intentan, los que no lo consiguen. Hay los que aspiran a exponer y los que exponen valientemente sus chapuzas. Las librerías Siena y Zorrilla, el Casino La Tertulia, algunos bares como el Capitol, Morticia, Bombardier, Alen da Lenda (y más que se me escapan), La Obra Cultural de Caja España o la biblioteca son puntos de exposición de residentes y forasteros. Estamos confundidos y perplejos ante el arte y muchas veces no entendemos para qué sirve. No hay una respuesta global ni una posición adecuada a parte de los convencimientos o esquemas de cada cual. Aparte de ser el único sitio donde se puede reinventar el mundo. Es un lujo al alcance de la minoría de los bolsillos, como cualquier rama de la manoseada y manipulable.

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