Ponferrada atajará a los pandilleros con más policía y educación social

La receta para combatir y erradicar la proliferación de peleas callejeras de bandas juveniles, -como la registrada el pasado fin de semana en una zona de copas de Ponferrada, con cuatro agentes heridos y tres detenidos tras la refriega-, fue expedida ayer por la junta de seguridad ciudadana en reunión de urgencia. Este órgano de gestión, -participado por el Ayuntamiento, las policías locales y nacionales, más la Guardia Civil-, ha decidido dos cosas: por un lado, se verán más uniformes policiales en las calles para vigilar y disuadir, según apuntaba ayer el subdelegado del Gobierno en la provincia, Francisco Álvarez; y por otro, se trabajará en el campo de la integración social, atendiendo a la educación familiar de estos jóvenes considerados desestructurados. Se hablará directamente con sus padres. Habrá también otro tipo de actuaciones de las fuerzas de seguridad, de las que no se quiso dar información pública para conseguir mayor efectividad. El alcalde, Carlos López Riesco, lanzó ayer un mensaje de tranquilidad a la población, puesto que entiende que este tipo de peleas son muy puntuales. Con todo, expresó que no van a admitir, «bajo ningún concepto», que cuatro o cinco personas enturbien la convivencia pacífica por la que se viene caracterizando la ciudad, con índices de delincuencia menores a la media de otras poblaciones similares. El subdelegado del Gobierno coincidía también en apuntar que este no era un problema «extremadamente grave, pero sí preocupante». Por eso, para evitar que estos asuntos vayan a más, y dejen de ser aislados, han decidido atajarlos de raíz poniendo todos los medios necesarios. La Subdelegación del Gobierno, con la Guardia Civil y la Policía Nacional, y el Ayuntamiento con la Policía Local, colaborarán e manera estrecha para evitar que proliferen este tipo de enfrentamientos callejeros, que en otras ciudades han degenerado en un verdadero problema de orden público, que aquí se quiere evitar.