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| Reportaje | Resaca del sorteo de la Lotería |

La suerte esperó 30 años

Los cuatro hermanos de San Román de Bembibre agraciados con el Gordo había decidido jugar este año al 54.600 tras encontrar un recibo con el mismo número remitido 30 años atrás por su abuelo

Amparo y su marido no han parado de recibir llamadas de teléfono

Publicado por
M. C. Cebrones - corresponsal | bembibre
León

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La nostalgia familiar trajo la fortuna a los cuatro hermanos Porqueras. La historia tiene casi treinta años, por la ocurrencia de un vecino de San Román de Bembibre, Mariano Porqueras, de repartir su lotería con sus nietos, en aquel entonces en participaciones de 25 pesetas. Sonia era la única de los nietos que no vivía en San Román de Bembibre, motivo por el cual su abuelo le remitió un recibo en el que hizo constar «Sonia juega 25 pesetas al número 54.600 de su abuelo el ratón». El número no obtuvo ningún premio pero la familia guardó el recibo y volvieron a verlo en el 2003. El año pasado, tras localizar ese recibo, Sonia quiso recuperar el número pero fue imposible al estar ya vendido. En este 2004 se apresuró a localizarlo en Sort y se hizo con él en la Bruja D'Or, donde encargo cuatro décimos, uno para cada uno de los hijos de Mariano, y dos más para un par de amigas. La suerte les sonrió de pleno al coincidir el número del abuelo con el primer premio del sorteo del pasado 22 de diciembre, 200.000 euros para cada uno. Amparo Porqueras es la única de los hijos de Mariano que aún reside en San Román, y comparte su suerte con sus dos hijas. «Había acordado que lo jugaba con ellas, son jóvenes y las dos están pagando una hipoteca porque han comprado piso en Bembibre, les viene fenomenal y eso me hace feliz a mí también». Tanto Amparo como su esposo, Francisco Arango, están aún pasando la «resaca» del premio gordo de la Lotería de Navidad. «No hemos parado recibir periodistas y llamadas telefónicas, espero que esto para ya, porque tampoco es tanta la cosa». Poco a poco van perfilando la idea de la inversión que quieren hacer. «Esta era la casa de mi madre, aquí nací, me crié y sigo viviendo, pero no pienso cambiarle nada, la idea es otra», una idea que les viene pegada, exactamente el inmueble anexo a la casa que en su momento albergó un corral y que el matrimonio utiliza para guardar herramientas o leña. «Nos han dicho que se puede acondicionar una casa por poco dinero, porque las paredes originales de piedra están en muy buenas condiciones, seguramente será lo que hagamos, lo decidiremos cuando se tranquilice todo el movimiento de estos días», aseguró Amparo. Con este golpe de suerte, el número 54.600 vuelve a ser el número de la familia Porqueras, «aunque no tocará nunca más, yo seguiré jugando a ese número cada año hasta que me muera», explicó. Amparo recordaba que hace casi 30 años de la emisión de aquel recibo que le trajo a suerte su padre. Un bulo que llega a los bancos Hasta tres entidades bancarias contactaron ayer con los dueños del restaurante Casa Gelo de Villadepalos después de que se difundiera el rumor de que su propietario había adquirido los diez décimos del segundo premio vendidos en la administración de Lotería de Villafranca del Bierzo. «Ya nos gustaría que hubiéramos sido nosotros. Llevamos 30 años comprando el mismo número en la administración número tres de Ponferrada y nunca hemos pasado de pedreas», decía ayer el padre del popular Gelo, Benjamín Fernández para desmentirlo todo. «Eso es un bulo y mira que ha corrido que nos han llamado ya de Caja España, del Banco de Bilbao y del Banco de Santander». La lotera de Villafranca , Inés Soto, aseguró, para corroborarlo, que el número se vendió en ventanilla, décimo a décimo. También, cientos de trabajadores de la factoría LM jugaban a un número que apareció premiado en la lista, aunque no salió del bombo.