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Publicado por
ALEJANDRO J. GARCÍA NISTAL
León

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PRIMERA semana del 2005 y nos encontramos enfrascados en plena vorágine preparatoria de la celebración de los Reyes Magos. Último tramo de las vacaciones invernales navideñas donde la liturgia de la tradición saca desde nuestro interior hacia fuera el niño que todos llevamos dentro. Atolondrados de tanto festín gastronómico, frenesí comercial y proclamas, sinceras o no, de buenos deseos, no debemos perder el sentido y encontrar en el hogar, un recuerdo a los miles de víctimas del penúltimo, que nunca último, hachazo catastrófico, esta vez en tierras asiáticas. Un ángel pasó por nuestra engalada mesa durante el instante en que recordamos la suerte que tenemos de ser y estar como somos y estamos. Ya lo decía mi «colega» opinador dominical, Varela, subrayando la orgía consumista frente a la desdicha existente en otros puntos del globo terráqueo. Y tenía razón. Cerrado por vacaciones, se podría decir a los cientos de miles de personas que dejan todo «para después de Reyes». Legión de carpinteros, pintores, electricistas, comerciales, transportistas, almacenistas en general, burócratas en particular, diseñadores de destinos ajenos y propios, demócratas de medio pelo, incumplidores de promesas, estudiantes del ocio, ahorradores del sueño, hacedores de entuertos... Todos. Todos esgrimen la maldita frase. «Para después de Reyes». Incluso los líderes regionales y provinciales limitan sus apariciones. Surge el perfil bajo en la clase política. Los barones comarcales «populares» deshojan la margarita presidencial, cada vez más reducida a media docena de pétalos: Jaime González, Fátima, Velasco, Cerezales, Raúl Valcarce, Carlos López Riesco y alguno más que se lo piensa esperando su momento no sea que se mueva y «no salga en la foto», como decía el Alfonso Guerra de sus mejores tiempos. En el PSOE no acaban de encajar el portavoz municipal ponferradino, el cabeza comarcal y el líder orgánico local. Roberto Fernández, Antonio Canedo, Wenceslao Orallo, brindan con sidra asturiana, champagne francés y cava catalán respectivamente. Ni para eso se ponen de acuerdo. La UPL anda de resaca leonesina, los del PB sacando pecho ante los primos, hijos y hermanos venidos de las grandes ciudades a pasar las fiestas y Tarsicio recoge felicitaciones por su pellizco en la lotería que dedicará «a seguir gastando en gasolina y cafés», como siempre. Todos y ninguno , «cerrados por vacaciones».