Matilde Asensi
LA ESCRITORA alicantina Matilde Asensi va camino de convertirse en una best-seller. Después de haber leído «El Salón de Ámbar», «El último Catón» o «El origen perdido», me entregué a la lectura de su última novela, «Íacobus», con la esperanza de que el plato fuerte estaría en el Bierzo, si tenemos en cuenta que en el Bierzo tuvieron los templarios la más tupida red de casas y fortalezas, entre las que ella incluye a Cornatel, Corullón, Pieros, Ponferrada, Balboa, Tremor, Sarracín, Bembibre y Villafranca del Bierzo¿ . Y no me ha decepcionado. El viaje de Galcerán de Born, desde Aviñón a Finisterre, enviado por orden del Papa Juan XXII, a la búsqueda del poder oculto y los fabulosos tesoros de la disuelta Orden del Temple, es un argumento apto para hacer lucir la técnica narrativa y la capacidad de crear misterio y suspense junto al conocimiento de la historia y las técnicas de fabulación a que nos tiene acostumbrados la autora. La Orden de los Pobres Caballeros de Cristo, busca y encuentra en el Bierzo el último reducto libre de persecuciones a doce millas de Ponferrada, en Las Médulas antaño sacudidas por la ruina montium. Pero no se conforma con ese hallazgo, sino que los protagonistas de la novela asisten en aquellas profundidades a una nueva ruina montium, provocada por los templarios y descubren allí una basílica rutilante y soberbia, superior a la mezquita de Damasco, escavada en la roca, toda hecha de oro puro. Aquellos nueve caballeros que fundaron la Orden de Jerusalén, habían logrado al fin su objetivo y tenían escondido en Las Médulas el objeto más deseado de la historia de la humanidad, el trono de Dios. Ahora nos explicamos para qué querían los templarios una red tan tupida de fortalezas en un territorio tan reducido: nuestros castillos, llenos de heridas hoy, producidas por el tiempo y el abandono, pero queriendo ponerse en pie de nuevo con las milagrosas vitaminas de los programas europeos, fueron levantados para proteger el Arca de la Alianza. Ahora que un Jumbo de Iberia será bautizado con el nombre de Las Médulas y se quiere profundizar en el legado histórico y patrimonial del paraje, según acaba de prometer aquí la ministra de Cultura, parece oportuno destacar la aportación de escritora Matilde Asensi a la tan necesaria dinamización turística y puesta en valor de la comarca. Es posible que el Arca ya esté en Portugal o en ninguna parte, pero eso es lo de menos.