Ponferrada se enmascara
Las principales calles de la ciudad se convirtieron ayer en una serpiente multicolor con el desfile infantil, que contó con la participación de alrededor de 1.800 personas A la búsqueda de p
Ponferrada cambió ayer por un día el panorama de las calles de los domingos a las cuatro de la tarde-vacías- para dar cobijo a 1.800 participantes- alumnos de 19 colegios, padres, organizadores y charangas- del desfile de carnaval infantil. Con una puntualidad británica, la treintena de molinillos de vientos del colegio de La Puebla abría el cortejo en la calle General Gómez Núñez. Los molinillos naranjas y verdes daban paso a los escolares con diseños propios del centro de Toral del Merayo, que en el año del Quijote, no dudaron en ponerse sobre sus cabezas los sombreros para conmemorar al hidalgo caballero. Como si de una montaña se tratase, los 98 niños de Valentín García Yebra, se paseaban del verde de Robin Hood y de las hadas del Pajariel. A estos se les sumaron los estudiantes de la Escuela de Magia de Peñalba. Los alumnos del centro San José inundaban la vía en quinta posición con sus vestidos de baraja española como si de una partida de mus en plena calle se tratara. Aunque la nieve no apareció - ni el sol tampoco- los niños de Virgen de la Encina con sus atuendos de muñecos de nieve rendían así tributo a uno de los fenómenos climatológicos más deseado por los pequeños. Las calles se tiñieron de naranja al paso de los gusanos de Campo de los Judíos, seguidos de simpáticos miembros de «Chinalandia» de Virgen del Carmen. A la mitad del desfile, se encontraba los escolares de Navaliegos sumándose a Toral y rindiendo homenaje la clásico de la literatura. Los 80 esquimales se la Inmaculada abrieron en camino a los indios de Espíritu Santo y a los cavernícolas con pieles incluidas de San Antonio. La originalidad del centro Jesús Maestro transformó a los niños en ingredientes de hamburguesas. El cómic de Astérix y Obélix también tuvo un espacio en el desfile con el grupo de más numerosos, formado por 127 miembros de La Asunción. Los clásicos disfraces también tuvieron éxito en las calles de la capital berciana como los payasos de Flores, los samberos de La Cogolla, las señales de tráfico de Compostilla y los soldaditos de plomo junto a las bailarinas de Campo de la Cruz. La comitiva se cerró con el bosque en encantado de San Andrés Unos 70 voluntarios de Cima acompañaron el desfile, mientras que nueve charangas amenizaron el recorrido con sus ritmos.