Suicidio bercianista

EL BUENO de Linares hizo que aplazara para hoy los ecos de dos acontecimientos políticos de nuestra zona, a saber, el Congreso del Partido del Bierzo y la Asamblea comarcal de la Unión del Pueblo Leonés para El Bierzo. Las interpretaciones, como las opiniones, son sagradas y variadas. A tenor de lo visto, oído y preguntado se podría decir que el movimiento político bercianista quiere hacerse el harakiri, unos de motu propio y otros a través de eutaniasia inducida, que está de moda por cuestiones cinematográficas. El PB, verdadera tercera fuerza comarcal a tenor de sus votos y resultados, ha apostado por Iván Alonso para dirigir sus destinos. Alonso tiene, es cierto, la juventud y el ímpetu que necesita su partido para revitalizarlo, pero me comentan que «su actitud lejos de ser conciliadora y aglutinadora ahonda más en la ruptura». Es cierto, el nuevo secretario general dejó «bien claro que por muchos globos sondas que se emitan interesadamente desde otras fuerzas políticas hablar de coaliciones, refritos, mezcolanzas extrañas similares a mezclar agua con aceite son contraproducentes». En las huestes del PB ya se empieza a recordar con nostalgia el carácter dialogante de Fernando Valcarce, exsecretario general y ahora vicepresidente primero encargado del Área Municipal de Ponferrada. Al menos queda la incógnita del papel del presidente, Luis Linares, del que queda casi todo por descubrir. La Agrupación Comarcal de la UPL eligió a Ricardo Vila, concejal de Bembibre, como secretario general para El Bierzo, y a José Manuel Barrio, como secretario general de Ponferrada. Otero y Moreno, máximos dirigentes leonesistas provinciales, oficiaron la ceremonia política. Vila y Barrio, Barrio y Vila, como Isabel y Fernando o Hernández y Fernández, ya declararon que «apostamos por el diálogo con el resto de fuerzas políticas de ámbito regional, provincial y local con el fin de crear una plataforma conjunta que opte a logros mayores a los tenidos hasta ahora en las elecciones municipales del 2007». El guante está lanzado. El reto está ahí. En política, ser tercera fuerza desequilibradora de la balanza o bipartidismo dominante: PSOE y PP, suele ser la llave de muchas alcaldías y puestos más elevados. Los votos de los ciudadanos, y no otras cosas, son los poderes y avales reales a la hora de dialogar y negociar. Mientras, el único que sigue trabajando frenéticamente, como siempre, es Tarsicio, osea el PRB.