La contaminación

NUESTROS abuelos brindaban siempre por lo mismo: «Haya salud», repetían alzando levemente la copa. Era tradición que la primera de las tres peticiones a la diosa Fortuna fuera la salud. Ahora que ya no somos oficialmente pobres en la Unión Europea, paradójicamente, la salud ya no es lo prioritario Como dice el presidente de la Comisión, cuando la economía está enferma, todo lo demás debe esperar. Todo sea por el carbón, convinimos todos hace un mes, la lluvia ácida puede seguir. cayendo durante un tiempo, el calentamiento del planeta puede resistir. Como los dos elefantes que se balanceaban sobre la tela de una araña, el protocolo de Kyoto y el desarrollo sostenible, pueden esperar, ya nos ocuparemos del cambio climático y el efecto invernadero, más adelante. A la semana siguiente, la radio lanzó al aire la noticia, avalada por informes de neumólogos del Hospital del Bierzo y del Instituto de Silicosis de Oviedo: la espectacular escalada de las enfermedades respiratorias en esta zona. Por su parte, la Junta de Castilla y León acaba de hacer públicas las conclusiones de un estudio propio, coincidente en que las enfermedades respiratorias constituyen el primer enemigo de la salud de los bercianos. La portavoz de medio ambiente del PSOE , Olga Tejerina, acaba de poner el dedo en esa llaga, afirmando que tenemos un problema de contaminación muy grave, que el Ayuntamiento de Ponferrada oculta y manipula la información sobre la calidad del aire, que la térmica de Cubillos, Cementos Cosmos y Aceros Roldán son los principales focos contaminantes a los que se quiere añadir la nueva térmica de Congosto promovida por la empresa «Global 3»y que la respuesta actual de trasladar dos centros de medición de la contaminación es una política de avestruz. En el Bierzo se está quemando coque, un derivado del petróleo, sin apenas valor de mercado, cuya combustión libera gases gravemente nocivos para la salud y para el medio ambiente. Es el momento de un debate abierto y sereno, con luz y taquígrafos, sin miedo a conocer la verdad, que sustituya a la actual rumoro logia, porque el debate se ha instalado en los bares y peluquerías. Deberán promover ese debate las instancias públicas de la comarca, los interlocutores sociales, las asociaciones de vecinos, las universidades y también los colectivos con denominación ecologista, si alguno queda sin recibir la penúltima subvención.