El negocio de Cristalglass fue el que más creció de la multinacional vidriera mexicana, un 10,4%
Vitro facturó 1.721 millones el año pasado, 106 en sus fábricas españolas
La compañía destaca la subida de ventas de las fábricas bercianas por las obras monumentales
Actividad en el parque de carbones de la central de Compostilla II el pasado lunes
El grupo vidriero Vitro, en el que se inscribe la división española de Cristalglass, aumentó sus ventas durante el pasado año un 1,5%. El volúmen de negocio del conglomerado mexicano ascendió hasta los 2.272 millones de dólares (1.721 millones de euros), según recoge el balance hecho público ayer por la compañía -en dólares y pesos-. A la leve mejora de las ventas contribuyeron las del último trimestre, donde el repunte alcanzó el 2,1%. Aunque los mejores datos porcentuales, según se recoge en el mismo informe, son los que arroja la subsidiaria española Vitro Cristalglass, cuyas principales fábricas de se localizan en la comarca del Bierzo. En Camponaraya, por un lado, y en Villadecanes-Toral -en el polígono de La Rozada- por otro. Efecto obras monumentales Las ventas fundamentalmente de estas factorías aumentaron respecto al 2003 un 10,4%. En el 2004 la facturación fue de 141 millones de dólares (106 millones de euros), cuando la cifra alcanzada durante el 2003 había sido de sólo 128 millones de euros. Este incremento se justifica en el balance de la multinacional, en el reflejo que han tenido durante el último trimestre del 2004 «las ventas relacionadas con los contratos de obras monumentales ganados recientemente». En referencia a los proyectos que Vitro se ha adjudicado últimamente para revestir centros como el Museo Reina Sofia, la ciudad financiera del SCH, o la Ciudad de las Comunicaciones de Telefónica, entre otros. Vitro Cristalglass emplea en sus centros bercianos de producción a más de 550 trabajadores, lo que la convierte ahora mismo en una de la mayores fuerzas del sector industrial de toda la provincia de León. Cuando hace cuatro años la compañía fue adquirida a sus fundadores, la familia Prado Ovalle, ésta tenía una facturación anual de alrededor de 60 millones de euros.