De botellón rural por las faldas del monte Pajariel
El pedáneo de Otero denuncia en el Ayuntamiento la acumulación de basura en varios puntos de la cara norte que mira a la ciudad, debido a las juergas de los que allí acuden
El botellón se inventó en las ciudades como alternativa contestataria a los precios de las copas en los establecimientos de diversión. En Ponferrada parece estar surgiendo una nueva variante: la del botellón urbanita mezclado con el rural. Resulta que en las faldas del monte Pajariel, en una zona de castaños casi abandonados próxima a la ciudad, están proliferando los basureros del botellón. Dice el pedáneo de Otero, -el pueblo situado junto a este monte, para el que el Ayuntamiento de Ponferrada está proyectando un mejor aprovechamiento-, que varios días a la semana, grupos de jóvenes se trasladan al Pajariel para dar rienda suelta a sus juergas a base de bebida y aperitivos en bolsa. Raúl Meléndez, haciéndose eco de varias quejas vecinales, decidió acudir al Ayuntamiento a denunciar la situación. Estuvo con la concejala de Medio Ambiente y le dijeron que limpiarían la zona. Colección de sofás Ayer, en la falda norte del Pajariel, era fácilmente detectable la existencia de estos minibasureros. Había botellas, bolsas vacías de aperitivos, de supermercados y también una sorprendente colección de sofás destartalados, que alguien se tomó la molestia de subir por las empinadas cuestas de este monte. En esta zona, debajo de unos castaños, también hay un pequeño huertucho con berzas y otras hortalizas, y resulta que esos juerguista del botellón, -según resalta el pedáneo-, la emprenden contra esa propiedad. Y así, en la pasada jornada, se podía ver el citado huerto convertido en una especie de vertedero subrrealista lleno de plásticos y botellas vacías. En Otero esperan que no cunda el ejemplo y se ataje cuanto antes esta pequeña peregrinación del botellón al Pajariel. Máxime cuando se pretende convertir en un pulmón y zona de recreo controlada para la vecina Ponferrada.