Las Médulas volverán a explotarse

El jueves pasado en el Aeropuerto de Barajas tuvo lugar el bautizo de un avión llamado Las Médulas. Un acto que, lejos de servir de solución a los muchos problemas y cuestiones que piden, desde los vecinos hasta las fuentes más acreditas consultadas, sí que constituye un símbolo de lo que podría llegar a ser la dinamización de todo el paraje para el futuro económico, social, cultural y natural de toda la comarca del Bierzo. Las Médulas entonces, podrían volver a ser explotadas, dos mil años después, como lo fue en su día, salvo que en vez de generar riqueza aurífera para una lejana Roma, sería un nuevo filón, un nuevo yacimiento, esta vez para los propios habitantes e instituciones locales. Corría el año 1931 cuando Las Médulas, el pequeño perímetro de poco más de un kilómetro cuadrado que comprende lo que fue la mina de oro principal, fue declarado Bien de Interés Cultural, BIC. Comienza así una larga travesía burocrática que culminaría con la declaración de Monumento Patrimonio de la Humanidad en diciembre de 1997. Lo sucedido en los más de 60 años entre los dos hechos forma parte de la historia local y comarcal del Bierzo, y en su conjunto, se podría resumir desde el punto de vista oficial en el primer acuerdo Junta-CESIC para financiar y realizar un estudio arqueológico del paraje en 1985 y la publicación en 1988 del primer proyecto del CESIC por parte del arqueólogo Javier Sánchez Palencia dando a conocer el contexto y cuyo trabajo resultó fundamental para que la Junta de Castilla y León tramitase el expediente de Declaración Patromonio de la Humanidad. El resto, visitas incontroladas, construcciones urbanas irregulares, negocios turísticos particulares no exentas de picaresca... En todo ese tiempo los estudios y proyectos han sido prácticamente financiados en su totalidad por la Junta, quien paralelamente ha ido declarando Parque Arqueológico (1996), Espacio Natural (1998), Monumento Natural (2002), aunque en realidad lo que es, según los científicos «es un Parque Cultural en el más amplio sentido de la palabra». Una de las voces más acreditas a la hora de analizar Las Médulas corresponde a la Fundación creada en 1999. Su imagen externa la encarna desde entonces Luis del Olmo, mientras que en la faceta burocrática tomaba las riendas el político, Eduardo Fernández y en la inmensa tarea científica Javier Sánchez Palencia. Paralelamente, varios empresarios e instituciones públicas y privadas han ido integrándose en la citada Fundación. Como si de una carrera hacia la conquista de un preciado botín, desde 1997, se ha disparado un afán desenfrenado en torno al monumento. La Junta subvenciona estudios a la Fundación, señalización del Aula Arqueológica del Instituto de Estudios Bercianos, pequeñas obras en el entorno para los tres municipios en los que comprende el paraje delimitado, recordemos: 10 kilómetros cuadrados en los que viven 1.500 vecinos en 19 localidades. Pero no queda ahí la cosa. Tres consejerías (Cultura, Fomento, y Medio Ambiente) de la Junta trabajan en algún aspecto en Las Médulas a través del Plan Director, el Plan de Ordenación de Recursos Naturales y el Plan de Dinamización Turística. La Diputación de León arregla accesos...El Consejo Comarcal del Bierzo potencia la imagen turística, rutas y cuenta con su propia aula. Los Ayuntamientos también han construido sus propias aulas como museos, de interpretación de la naturaleza en Borrenes, de los viejos canales en Puente, también el IEB sobre minería, los patronos invierten... Todos, en definitiva, parecen perseguir el mismo fin, pero, cada uno, lucha por su propia cuenta. Por no hablar de la edificabilidad. Todo un caos.