A la espera de Fray Sarmiento

El 9 de marzo de 1695 nacía en el número cinco de la villafranquina calle del Agua Pedro José García Balboa, más conocido como Fray Martín Sarmiento, y la casa donde vino al mundo actualmente debería ser desde hace un año un centro sociocultural destinado al estudio de la figura y la obra del Ilustrado, bautizado también como el Padre de las Letras Gallegas, y de promoción del Camino de Santiago. Sin embargo, no ha sido así y los villafranquinos y visitantes continúan conviviendo con el solar en la monumental calle del Agua, un hueco entre las históricas piedras que hasta el propio alcalde, el socialista Vicente Cela califica de «insulto y provocación», a la vez que se pregunta «a qué espera la Junta de Castilla y León para cumplir su compromiso y por qué estamos pidiendo a gritos que se haga y la Junta hace oídos sordos», mientras que la Xunta delega toda responsabilidad en la Administración castellanoleonesa. El centro sociocultural en memoria del Padre Sarmiento debería llevar casi un año funcionando, es decir, según el proyecto tendría que haber estado construido en la primavera del 2004 pero, a punto de inaugurar la del 2005, allí ni siquiera se ha colocado la primera piedra. Una deuda histórica El 18 de mayo de 2002 los presidentes autonómicos de Galicia y Castilla y León, Manuel Fraga y Juan Vicente Herrera respectivamente, firmaban en Villafranca del Bierzo un convenio de colaboración para la puesta en marcha de un centro sociocultural en el solar donde un día se alzó la casa natal de Fray Martín Sarmiento, a quien precisamente se dedicaban ese año las Letras Gallegas, dividiéndose los actos entre Pontevedra y la villa del Burbia. El acuerdo establecía que la financiación del proyecto, presupuestado en 480.809 euros, debería ser asumida al 50% por ambas administraciones, mientras que el Ayuntamiento de Villafranca se haría cargo de la gestión y mantenimiento del edificio. Se establecían sus características y que comenzaría a funcionar en la primavera del 2004. El proyecto fue entregado por el arquitecto a finales del 2002 y las diferencias iniciales entre la Junta y la Xunta respecto al diseño del edificio se subsanaron unos meses después. Así, desde Villafranca se esperó el inicio inmediato de unas obras, por las que se sigue esperando. La subvención no llega El alcalde de la villa, Vicente Cela, mantuvo sus últimos contactos con ambas administraciones en julio del pasado año, con motivo de la celebración en Santiago de los actos del Apóstol. Allí, según recuerda, pudo comprobar que la Xunta, aunque también incumplidora, ha mostrado «en todo momento su interés porque este proyecto salga adelante», mientras que las «reticencias» llegan desde la Junta. «Me indicaron que me pusiera en contacto escrito con los responsables de la Junta para recordarles oficialmente lo que se habló en ese encuentro. Así lo hice y recibí contestación, pero no anunciando el inicio de las obras, sino diciendo que mi carta había sido recibida y que cuando tuvieran información al respecto se podrían en contacto», explica Cela, a quien también le cuesta entender que en octubre de 2003 la consejera de Cultura, en una reunión con los alcaldes de ciudades del Camino de Santiago, anunciara la habilitación presupuestaria del proyecto y las cosas sigan bloqueadas. «¿Dónde está esa subvención, quien la retiene y por qué?», se pregunta Cela, quien pide que se deje a un lado el color político por el bien de la villa. «El PP inició el proyecto y las circunstancias hacen que yo le de el golpe de gracia. No se trata de ver quien se cuelga los laureles sino de llevar a buen puerto este proyecto», puntualiza Cela.