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Un vino del Bierzo, «superstar» en N.Y.

El «Paixar» deslumbra en EE.UU. en la presentación de los cinco mejores viticultores españoles, Falcó, Alejandro Fernández, Mariano García, Sara Pérez y Telmo Rodríguez

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R. Arias - ponferrada
Ponferrada

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La buena acogida en el mercado norteamericano de los vinos más exclusivos de la Denominación de Origen Bierzo empieza a dejar de ser noticia. Las excelentes puntuaciones de los «gurús» de la prensa especializada para los productos de Álvaro Palacios o de Dominio de Tares, incluida la concesión el año pasado a Palacios del título de winemaker internacional, comienzan a repetirse y a reportar al unísono a los caldos de alta gama de la comarca una vitola de sibaritismo inédita hasta hace dos o tres año. El último vino en incorporarse a la nómina de los que los restauradores y la crítica norteamericana encuentran más refinados es el Paixar 2002. Un tinto que se elabora en las bodegas Luna Beberide, aunque es la «culminación» del sueño de cuatro jóvenes, que han visto un filón en las cepas centenarias que escalan las laderas de la pequeña localidad de Dragonte, en el municipio de Corullón. Sus diseñadores son Gregory Pérez, Alejandro Luna y los hermanos García. El padre de éstos, Mariano García, actualmente al frente de las Bodegas Mauro y más conocido aún por su trabajo como director de Vega Sicilia, ha sido el encargado de encumbrar al Paixar 2002 en la presentación realizada el miércoles en Nueva York, por parte del Instituto de comercio Exterior (ICEX), de las cinco «superstars» de la vitivinicultura española. El acto se desarrolló en uno de los mejores y más caros restaurantes de la Gran Manzana, y junto a Mariano García y al Paixar, se dieron cita Carlos Falcó, Marqués de Griñón, con su Dominio de Valdepusa, Alejandro Fernández, que mostró un «excelente» Condado de Haza y un «sorprendente» Dehesa La Granja; Sara Pérez, que se llevó un Quincha Corral 2001, y el innovador Telmo Rodríguez, que exhibió un Rioja, Altos de Lanzaga, un un vino producido en Ávila, Pegaso. La sesión de trabajo desarrollada por las superestrellas incluyó una cata dirigida a «los mayores representantes del a gastronomía neoyorquina», que según recogía ayer la agencia Efe, levantó la misma expectación que una jornada con los cocineros Ferrá Adriá o Juan Mari Arzak. La sorpresa del Paixar 2002 fue recibida ayer por Alejandro Luna con especial satisfacción, puesto que supondrá un empujón muy importante para la imagen de este vino del Bierzo, que se comenzó a elaborar en el 2001. Las 3.000 botellas de esa añada se vendieron en el 2003, y ahora de la segunda cosecha, tras 16 meses de barrica, se están comercializando ya 7.000. A unos precios que en restaurantes y tiendas especializadas arrancan desde los 40 euros como mínimo. El 50% la producción se dedica a la exportación; a Estados Unidos, Japón o Alemania. En Dragonte, mientras tanto, sigue avanzando la construcción de una bodega propia, en plena montaña, y en la que se hará extensivo el espíritu del proyecto: mantener un coherente reflejo estético desde la viña hasta la botella.