| Crónica | Un rumor sin fundamento |
A veces imaginamos muertos
La policía desmiente los rumores sobre crímenes y hasta tráfico de órganos que recorren Ponferrada sembrando la psicosis. Las únicas muertes truculentas son las tres de los desaparecidos el pasado mes de mar
Si el rumor fuera siempre la antesala de la noticia -como proclama la máxima periodística- en Ponferrada se estarían contabilizando estos días al menos cinco muertes truculentas en un mes. Ni la policía, ni los comunicadores locales, que desde hace 48 horas comparten el agobio de ofrecer detalles sobre supuestos crímenes fantasmas y hasta tráfico de órganos humanos, se explican cómo se ha generalizado un bulo tan preciso y que está provocando situaciones de verdadera psicosis. Pero el comisario del Cuerpo Nacional de Policía de Ponferrada, José Luis Merediz, tiene claro que ninguno de sus agentes ha intervenido en un intento de secuestro infantil en Carrefour; ni se ha descubierto cadáver alguno en el monte Pajariel, ni mucho menos en la zona de las vías, al lado del Mc Donalds. Los tres citados son los principales ingredientes de un rumor, de un bulo fenomenal, que no sólo se ha convertido en la comidilla morbosa de la tertulia de barra de bar, sino también en el «saludo» de los padres y madres que durante los dos últimos días han acudido al colegio a recoger a sus hijos. La centralita de la comisaría no ha cesado de sonar. Muchos ciudadanos reclaman información. Y lo mismo ocurre en muchos medios de comunicación, este periódico incluido. «¿Por qué no aparece nada en la prensa?», preguntan nerviosas algunas madres al otro lado del hilo telefónico. Pues simplemente porque, como remacha el comisario, no hay nada. «Ni siquiera indicios de criminalidad en dos de los tres fallecimientos de las últimas semanas», agrega. Merediz se refiere a las muertes de los dos jóvenes que a finales de marzo desaparecieron de sus domicilios de Espina de Tremor (Igüeña) y de Viloria (Valdeorras) y cuyos cuerpos inertes aparecieron, respectivamente, en el fondo de los viaductos de la fuente de La Azufre, en Ponferrada, y en el de La Barosa. A ninguno de ellos, según medios oficiales, ni tampoco a Mercedes Bolea, la cacabelense que fue la primera en desaparecer y luego en ser hallada sin vida en las inmediaciones del Club Náutico, les faltaban órganos vitales. Con todo, en círculos policiales, la extensión del disparatado rumor que sigue corriendo de boca en boca por la capital berciana tampoco se atribuye al tratamiento que los medios puedan haber ofrecido de estos tristes sucesos. Ha habido primaveras en la comarca con altos índices suicidas y en ningún caso se desató tal neurosis. Una paranoia colectiva que algunos les recuerda aquella película de suspense, El sexto sentido , en la que el protagonista infantil, Joel Osment, no hacía más que repetir a su espectral psiquiatra, Bruce Willis: «En ocasiones veo muertos». En Ponferrada, estos días, en ocasiones no sólo nos imaginamos muertos, tambien intentos de secuestro, y hasta tráfico de riñones o de cerebros.