| Análisis | Pendientes del mar |
Victorino Alonso provoca el agotamiento de Compostilla
Endesa admite que el bloqueo del empresario minero ha dejado a cero las reservas de mineral de la térmica de Cubillos. La central depende exclusivamente de la entrada de carbón importado
Los ejecutivos de Endesa miran a alta mar. Al tráfico de barcos carboneros en cualquier punto del planeta, porque de ellos depende actualmente que su térmica de Compostilla II, la mayor de la compañía después de la de Puentes (La Coruña), siga produciendo electricidad a pleno ritmo. La dirección de la térmica berciana, al principio muy cauta al valorar las reservas de su parque de carbones, admite ya abiertamente que su área de almacenaje de mineral está completamente huérfana de reservas. El bloqueo en el suministro de antracita que mantiene desde hace casi dos meses el grupo de empresas de Victorino Alonso, descontento por los precios pactados con la eléctrica, está dando resultado si lo que pretendía el industrial carbonero era llegar a comprometer el funcionamiento del complejo de Cubillos. Aunque el máximo responsable de Endesa en la zona, Alfredo García, sostiene que con la adquisición del cargamento de más barcos y la puntualidad en la entrega, es probable que no sólo se abastezca a diario la térmica, sino que pronto se comiencen a generar reservas. La verdad es que en el primer trimestre del año Compostilla II generó un 15% más de energía que el año anterior. ¿Pero a qué precio? El mineral de importación es casi el doble de caro que el regulado por los contratos garantizados. Además, la plantilla de la eléctrica está teniendo que realizar auténticos «números» para elaborar las mezclas adecuadas que precisan los grupos, y se temen lo peor laboralmente en el caso de que el conflicto llegue a solucionarse de improviso. El Ministerio de Industria, por su lado, ya ha adelantado que no intervendrá entre las partes. Hace siete semanas el parque de carbones apilaba más de 500.000 toneladas de combustible. Hoy han desaparecido.