Estanga regresa al mundo del «safari»

Olvidados ya sus viejos problemas con aquel gobernador civil, Antonio Sandoval, que incluso le retiró todas sus armas, el alcalde de Oencia, el popular e inefable José Estanga Rebollal ha vuelto a convertirse en el terror de la caza mayor en los montes bercianos. El pasado fin de semana, mientras Zapatero era recibido en Cubillos incluso por muchos de sus compañeros de partido, el regidor de Oencia, volvía a hacer ostentación de las «flores de su jardín», como él ha calificado más de una vez a los ejemplares de su armería, pero por la vía de la más estricta legalidad. Estanga, poseedor de un permiso para la caza de un corzo trofeo en Los Ancares terminó por cobrarse la ansiada pieza en las estribaciones del alto de Balouta (Candín). «Obtener la licencia te cuesta un riñón, y si tienes suerte y matas un trofeo como éste, los guardias después de medir las orejas, los cuernos y la roseta, te quitan el otro riñón». «Lo único que no es caro son los cubatas y los hotelitos rurales de la zona -añadió-, aunque si le ligas a un pastora con los carrillos sonrosados luego tienes que regalarle también una cesta de costura que también cuesta lo suyo». Rifle para búfalos Tampoco le ha salido barato al alcalde de Oencia, por cierto, el rifle Blaser último modelo, de alta precisión, con el que abatió al corzo. Un arma que se suele emplear en las cacerías de búfalos, se ufanó el émulo berciano del retirado Álvarez Cascos. Como testigos directos del regreso del munícipe al mundo de la caza mayor, los vecinos de Balouta y el teniente alcalde de Candín, que le sirvieron de aventajados guías.