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Publicado por
MANUEL CUENYA
León

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EL PAÍS de las nieblas es el poético título bajo el que se cobijan los ocho cuentos que nos acaba de ofrecer nuestro estimado colega Carlos Fidalgo, redactor del Diario de León. Confieso, Carlos, que me he perdido un buen rato en estas nieblas, y que he sentido cómo las brumas me atrapaban desde el mismo instante en que me asomé al bosque frondoso y lírico de tus palabras-árboles. Ese bosque neblinoso del que emergen seres fantásticos capaces de llevarte a un mundo ensoñador, donde la realidad se confunde con la ficción. Tu prosa me recuerda al mejor Rulfo, maestro de vida y muerte, escritor cuya voz sigue retumbando en nuestras entrañas, con esa fuerza y sensibilidad que tienen los verdaderos artistas, aquellos que escriben como hablan, como lo hiciera el escritor mejicano. Que tu primer cuento, «Lo que nunca le dije», nos acerque al «¡Diles que no me maten!», de Rulfo nos mete de lleno en ese mundo de ultratumba desde el que los muertos nos hablan cual si estuvieran vivos. Hay tantos muertos en vida que a uno siempre le queda la duda de si también nosotros somos muertos que hablamos y aun escribimos. Lo que deberíamos saber no es si hay vida después de la muerte sino si hay vida antes de la muerte. Tu primer cuento resulta estremecedor. No sólo me hace pensar en Rulfo sino en todos aquellos escritores que nos hablan desde la muerte, como García Márquez en su «Crónica de una muerte anunciada», Carlos Fuentes en «La muerte de Artemio Cruz» o Llamazares en «La lluvia amarilla». También me han parecido emocionantes cuentos como «La apatía», «Azouz, el pájaro» y «Niebla azul». «La apatía» se me hace bien familiar. Como a la mayoría de los bercianos del Alto. Supongo. Con esa mina como fondo de angustia, fuente de vida y muerte, que te va entrando en el cuerpo disfrazada de sueño. Y ese personaje ya enterrado en vida, que nos habla de los sinsabores de una realidad rutinaria. Y para finalizar, como cierre alentador, está Azouz, que me invita a volar. Y tú, Carlos, con tus cuentos nos has ayudado a volar.

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