La cosecha de la cooperativa de Arganza peligra al retrasarse el desahucio judicial

La cosecha de la cooperativa Vinos de Arganza está en el aire debido al retraso en la resolución del pleito por desahucio entablado por los socios contra la empresa Vinimusa por impago de alquiler. Aunque la titular del juzgado número dos de Ponferrada ha fijado la celebración del juicio por desahucio para el 5 de septiembre, en caso de producirse una sentencia condenatoria, el alzamiento de los bienes se llevaría a cabo el 20 de octubre, una fecha en la que los recolectores ya deberían tener completada la vendimia. Los socios ya han obtenido autorización judicial para entrar en las instalaciones y realizar labores de conservación de los 600.000 litros de vino almacenado y valorado aproximadamente en doscientos mil euros, pero mientras no se ejecute el previsible alzamiento, no podrán usarlas para recoger la cosecha de este año, estimada en un millón de kilogramos de uva. Vinimusa, que en su día alquiló las instalaciones con el compromiso de hacerse cargo de la cosecha de los socios para su comercialización, no está dispuesta a permitir que ningún tractor con uva mientras no se ejecute el previsible desahucio, aun cuando ya no disponga del control efectivo de las instalaciones, según fuentes próximas a la empresa. Para no infringir la ley usando las instalaciones antes del 20 de octubre, a los socios sólo les queda la opción de negociar un acuerdo con otra bodega o cooperativa, confiar en que el juez adelante la fecha ya fijada para el alzamiento de bienes o autorice la elaboración del vino, antes que resignarse a perder la cosecha. Los socios ya han entablado negociaciones con la cooperativa de Cacabelos para constituir una sociedad de segundo grado. En torno a tres centenares de socios recogen uva para la cooperativa, que tiene asignadas 150 hectáreas de viñedos dentro de la denominación de origen del Bierzo. La dirección de la cooperativa, sin embargo, reconoce que hoy cultivan «bastantes menos».