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| Reportaje | Presentación literaria |

La novela sucia de Pedro Muñoz «Escribir es expresarme, también podría salir a gritar a Lazúrtegui»

El alcalde de Toreno presentó ayer en el salón de actos de la Uned de Ponferrada la que es su segunda incursión en el mundo literario, la novela «Habitación sin número»

ANA F. BARREDO

Publicado por
Marga Luengo - ponferrada m.l. | ponferrada
Ponferrada

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Ayer el alcalde de Toreno, Pedro Muñoz, presentaba la que es su segunda novela publicada, Habitación sin número . Si bien han pasado siete años desde que viera la luz su primera inmersión en la literatura, que llevó por título El indulto de Caín , la presentada ayer era, según explicaba el propio Pedro Muñoz, la primera que él escribió, puesto que una es consecuencia de la otra. «No se si es una duología o si será una trilogía, pero la que de verdad es la primera novela es ésta, que la escribí en los años ochenta, pero que no he tenido la valentía de presentarla hasta ahora», explicó Muñoz. Se trata de una historia «dura, sin concesiones, pero llena de esperanza». Es una novela de la que se desprende el dolor de la realidad de la vida expresada a través de la ficción, un dolor que es el hábitat de vida de su protagonista. La satisfacción era notable en las palabras del autor, quien confesó que ésta es la novela que siempre quiso escribir, y por ello la califica como la «novela en mayúsculas». Sin embargo, el alcalde de Toreno no se ha lanzado al gran público. La historia que cuenta no sigue un argumento previo, son las cosas que le van pasando al protagonista las que van ciñendo los márgenes de la historia. «No es la historia de un perdedor, es la historia de un perdido», dice. Dada la temática, el lenguaje y la determinada crudeza con que se describen las situaciones, Muñoz asegura que no es una novela para que lea todo el mundo. En sus páginas, adelanta, «hay muchos colectivos que no salen bien parados». La novela se sumerge en asuntos religiosos, médicos, policiales y de corrupción que plantean una serie de reacciones polémicas. Pero eso no es algo que le preocupe a su autor, es más, afirma que se cree con derecho a decir lo que piensa, aunque espera que sus palabras sean bien interpretadas y no sacadas de contexto. Escribir literatura, siempre dentro de la ficción, le da a uno determinadas concesiones y derechos para decir lo que quiere. Al menos esa es la filosofía con la que Pedro Muñoz afronta la presentación de la novela. «Es una forma de revelarme, yo nunca he sido un pro sistema». Muñoz asegura que él espera que su novela no ofenda al lector. Sus páginas no son sino la expresión de su forma de pensar, de lo que para él es la realidad. «Escribir es una forma de expresión. También podría salir a la plaza de Lazúrtegui a gritar, que lo haré, pero lo que se escribe escrito queda». La historia y su lenguaje son fruto de una manera personal de ver la realidad y de escribirla, y ello hecho desde lo que se puede catalogar como realismo sucio. «Yo soy un enfermero que escribe, no un escritor», dice.