Diario de León
Publicado por
JOSÉ ÁLVAREZ DE PAZ
León

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MALOS tiempos para nuestro deseado, peleado y conseguido en Lisboa y Edimburgo, Fondo de Cohesión. Malos tiempos para las Regiones que, como Castilla y León, pierden o superan su condición de Región de Objetivo I. Habrá serias restricciones que afecten a nuestro bienestar y hasta recortes en las plantillas de los grupos de acción local, a no ser que se resuelvan satisfactoriamente las actuales dificultades, anunciadas por el presidente Zapatero, para alcanzar un acuerdo en el reparto de las ayudas presupuestarias. Es lógico que a España le parezca insuficiente la oferta del presidente Junker de prorrogar por dos años las ayudas estructurales, si recordamos que en 1999 la Unión aprobó un sistema decreciente según el cual las regiones beneficiarias del objetivo I durante el período 1994-1999 obtuvieron una ayuda hasta finales del 2005 y hasta el 2002 las del objetivo 2. Los restantes territorios vieron prorrogadas las ayudas del Fondo Social Europeo, objetivo nº3, hasta finales del 2006, mientras los objetivos de la reconversión industrial y desarrollo rural, las recibirán hasta finales de este año. El no a la Constitución europea en países tradicionalmente contribuyentes netos es otra mala noticia para los mismos objetivos. Muchos ciudadanos de esos países piensan desde hace años, que los pobres a los que venían ayudando no eran tan pobres como pensaban ellos antes de ir allí de vacaciones. Hay cansancio e incluso miedo cuando piensan que los nuevos pobres están más lejos y son diferentes. Este miedo a sentar en su mesa al turco, por decirlo de alguna manera, está en el fondo de buena parte del rechazo a una Constitución manifiestamente mejorable en algunos aspectos, pero mejor que nada en cualquier caso, ya veremos por dónde van los tiros del repuesto o sucedáneo para este descosido que van a sufrir especialmente y en primer lugar, el conjunto de las regiones desfavorecidas, objetivos 1 y 2, con 225 millones de habitantes, casi la mitad de la población de la Europa de los veinticinco. Y en segundo lugar, las regiones que, como Castilla y León, se ven obligadas a cambiar de caballo en plena carrera hacia el bienestar medio de la Unión, aunque, gracias a esas ayudas comunitarias, han visto reducidas las disparidades de renta y empleo en los últimos diez años, superando el aumento del producto interior bruto por habitante el 1 por ciento anual la media de la Unión y en la misma proporción la población activa.

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