La UPL pedirá la eliminación de Armi del nuevo plan por su «clientelismo político»

El secretario general de la UPL, Joaquín Otero, calificó ayer de ente sin sentido a la Asociación de Municipios Mineros (Armi), solicitando a la administración central la sustitución de este como interlocutor dentro del nuevo Plan del Carbón, «porque desde su creación ha venido demostrando ser un nido de clientelismo político cuya existencia en nada ha afectado positivamente a los municipios que dice representar». Para Otero, esta ineficacia viene demostrada porque desde la puesta en marcha del primer Plan del Carbón, la Junta ha otorgado dinero a los municipios incluidos en Armi atendiendo sólo a su cariz político y no por criterios de equidad. El procurador leonesista, cuya comparecencia en Ponferrada tuvo como eje el nuevo Plan del Carbón, estuvo acompañado por Melchor Moreno cuya intervención vino a demostrar, el nulo aprovechamiento del primer plan para los municipios mineros bercianos. «Este plan, lejos de servir para los fines por los que fue elaborado, ha supuesto un despilfarro de dinero constatable en datos. Primero, porque localidades como Toreno, Torre, Igueña, Bembibre o Fabero, en las que la reconversión ha hecho mella, lejos de lograr recuperarse han visto como el dinero no llegaba y si lo hacía no se utilizaba como debía». El ejemplo más constatable para Moreno es la pérdida de población y puestos de trabajo. «Del 98 al 2005 se han perdido 1.300 puestos de trabajo en la minería y, de esa cifra, sólo se ha creado un 0,25 por ciento de empleo». La inversión en suelo industrial fue otro de los apartados en los que se detuvo Melchor Moreno para el que, con el dinero de los fondos Miner se había empleado en pequeñas actuaciones industriales, «cuando lo que hace falta es que se haga sobre proyectos rentables socialmente como son los polígonos de Bembibre, Ponferrada y El Bayo. «Es en estos donde la inversión viene acompañada con la creación de puestos de trabajo». Según Otero, «el nuevo plan debe superar todos estos fallos para convertirse en un proyecto serio de desarrollo y no en lo que ha sido en primero, en un arma política que la Junta ha utilizado a su antojo».