El mayor botillo del mundo

Molinaseca resulta popular por ser un hito clave en el Camino de Santiago, por sus sabrosos embutidos, por sus bodegas, o paradójicamente por su fiesta del agua. Pero muy pronto será reconocida también por acoger el mayor monumento al botillo del mundo. El largamente coronado como rey de la gastronomía berciana tendrá en esta población un icono de bronce de casi media tonelada de peso y metro y medio de alto. Y estos días está siendo rematado en una de las fundiciones más prestigiosas de España, la casa Capa. La obra es un diseño del artista leonés Álvaro Santos, y aunque ha sido costeada por promotores privados, ligados precisamente al sector, será donada al Ayuntamiento para que ocupe un lugar destacado en la Ruta Jacobea. Además, el monumento pretende de servir de homenaje a uno de los precursores de la industria cárnica no sólo en el Bierzo, sino en toda la provincia, José Arias Franganillo, el abuelo de la generación que se encuentra ahora el frente de Frimols, una de las sociedades más punteras en el sector, que apuesta además por la diversificación y el desarrollo del turismo rural. Con este doble enfoque, el sentimental y el económico, el monumental bronce botillero se instalará al lado mismo del nuevo complejo turístico que la familia Arias abrirá en el corazón el Camino de Santiago. Un hotel de 24 habitaciones, en el que prima el confort y el buen gusto, y en el que se han invertido unos dos millones de euros. Aunque uno de sus inspiradores, el empresario César Arias, prefiere poner el énfasis en primer término al reconocimiento que la obra supondrá para la apreciada figura de su abuelo, José Arias Franganillo, fallecido hace siete años, y que ya a principios del siglo pasado comenzó a embutir y luego a comercializar el botillo, hasta que sobrepasado el ecuador de la centuria Frimols comenzó a lanzarlo industrialmente, junto a otros muchos productos derivados del cerdo, que esta firma también cría.