El Valle de Fornela
NO CABE DUDA que el valle de Fornela es hermoso y atractivo, dotado de una fuerte personalidad que diera origen, entre otras peculiaridades, al Hurón, la jerga de los vendedores y albarderos ambulantes, empujados a aquella diáspora por un terruño escasamente productivo, enclave angosto entre Asturias, Galicia y el Bierzo, con características etnográfico-culturales muy singulares, entre los dominios del gallego y del astur-leonés. Muchos de aquellos vendedores ambulantes prosperaron más que sus antepasados pobres, que se habían alzado, sin éxito, contra los impuestos abusivos del Monasterio de San Andrés de Vega de Espinareda, en revueltas semejantes a las protagonizados por los Irmandiños de Galicia. El equipo de estudios de la UNED que, con el patrocinio de la Junta de Castilla y León, realiza un trabajo sobre el futuro del mundo rural en aquellos territorios más noroccidentales de la provincia de León, recibido con campechana hospitalidad por el Ayuntamiento de Peranzanes, con su alcalde Vicente a la cabeza, es un grupo humano con fe en el futuro del mundo rural, pues entienden que el movimiento pendular que ha venido vaciando tantos espacios ahora en trance de desertización, empieza a cambiar de signo. Pero no bastarán las inercias, las nuevas tendencias que apuntan, para invertir el proceso. Serán necesarios más recurso, también de la UE, mucha imaginación, mucho esfuerzo colectivo¿., mayor presencia de la iniciativa privada y un cambio de mentalidad que valore más lo nuestro, lo de siempre, superando complejos que desfiguran el hábitat rural y sus huellas milenarias, convirtiendo los asentamientos en un mosaico desordenado, a veces hiriente. La tarea está en marcha, el proceso será constante y creciente, pues las mentalidades están cambiando y los responsables públicos lo tienen claro. Visitando el Castro de Chano uno se pregunta cómo y porqué el abandono puede haber llegado tan lejos y porqué la Junta de Castilla y León ha tardado tanto tiempo en ver lo evidente. Allí donde el arroyo Modiego rinde tributo al Cúa, entre arces , serbales y abedules, emergen las piedras dos veces milenarias de las viviendas circulares del poblado astur, oculto bajo tierra en buena parte, con su muralla por el norte, este y sur y tres fosos en la ladera oeste. Ascendiendo entre madroñeras, es fácil comprobar el sentido de aquella atalaya protectora de un camino o vía, también comercial y minera, avanzando hacia el puerto de Cienfuegos, en la vecina Asturias.