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La administración autonómica constituyó en Ponferrada el nuevo órgano de gestión del paraje

La Junta Rectora del parque de Las Médulas nace sin limitar las visitas

El espacio natural compatibilizará la conservación con el uso agroforestal y el turismo

Ponferrada

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La Junta Rectora del Monumento Natural de Las Médulas se constituyó ayer en Ponferrada con el objetivo de compatibilizar la conservación del paraje con la afluencia masiva de turistas y el aprovechamiento agrario y forestal por parte de los habitantes de la zona. La asamblea del nuevo organismo que velará por la integridad de la flora, la fauna y el paisaje de Las Médulas está formada por 36 miembros, entre los que se encuentran, además de la Junta de Castilla y León, la Diputación y el Consejo del Bierzo, los tres ayuntamientos de la zona, las pedanías, la Fundación Las Médulas, el Centro Superior de Investigaciones Científicas, el Instituto de Estudios Bercianos, el grupo conservacionista Tyto Alba, la Guardia Civil, empresarios, sindicatos agrarios y la Universidad de León. La Junta Rectora que se reunirá al menos una vez al año en asamblea, contará además con una Comisión Permanente. El delegado territorial de la Junta de Castilla y León, Eduardo Fernández, que presidió la constitución del nuevo órgano de gestión para Las Médulas, recalcó que la preservación del espacio natural no supondrá, en principio, ninguna limitación para el turismo, que no se considera una amenaza, en tanto que las zonas con un equilibrio ecológico más vulnerable, como pudiera ser el Lago Sumido, son las que menos visitas reciben por su lejanía. La normativa del parque natural deja claro, en cualquier caso, que se potenciarán las actividades de ocio «menos impactantes», supeditadas a la conservación de la zona y la seguridad de los visitantes. La declaración de Monumento Natural debe servir no sólo para compatibilizar los usos agrarios con los valores paisajísticos prohibiendo prácticas agresivas como el uso del fuego para crear pastizales o eliminar rastrojos, también promoviendo la recuperación del castaño con tratamientos contra la tinta y el chancro, y potenciando aprovechamientos forestales. Actividades extractivas La normativa del parque natural, elaborada en el 2002, también prohibe nuevas actividades extractivas en la zona, incluyendo «la cuenca visual desde el mirador de Orellán» y exige a las explotaciones existentes «la ejecución del correspondiente proyecto de restauración dada la gravedad del impacto paisajístico que ocasionan», afirma el Decreto 101 del 2002, en alusión a la cantera de Catisa en Carucedo y su impacto desde el mirador.