| Reportaje | La nueva imagen del castillo |
Veinte meses de reconstrucción
Las obras rehabilitarán la zona palacial y las torres para convertir al castillo en un museo y un centro cultural e institucional y cambiarán su fisonomía con tejados de pizarra negra
Los ponferradinos tendrán que acostumbrarse a convivir, al menos durante los próximos 20 meses, con la imagen de una gigantesca grúa recortando el perfil almenado del castillo. Y dentro de 20 meses, si las obras cumplen los plazos, deberán habituarse además a contemplar un castillo con tejados de pizarra, el palacio reconstruido y las torres cubiertas. El cambio no sólo será drástico en la estampa de la fortaleza, también en su utilidad. «Estamos ante una obra que va a transformar el castillo rotundamente en su imagen y en sus usos. El castillo pasará de ser un recinto amurallado al vista de todos, pero que no era protagonista de la vida diaria de los ponferradinos, a serlo de manera absoluta», sentenciaba ayer el alcalde, tras colocar la primera piedra de la restauración junto al presidente de la Junta de Castilla y León. Las empresas Trycsa y Algar, adjudicatarias de unas obras presupuestadas en 4,5 millones de euros completarán el trabajo de consolidación previo del último lustro, destacó el alcalde cuando recordó que además del Ayuntamiento y la propia Junta, la Diputación y el Gobierno central contribuyeron con sus fondos a estabilizar los muros de un recinto que tocó fondo a mediados de los años noventa, cuando fue cerrado a los visitantes por el riesgo de desprendimientos. El proyecto actual supondrá un salto cualitativo porque el castillo dejará de ser una ruina visitable para convertirse en un complejo cultural e institucional que albergara en su cuerpo palacial un salón de actos, una biblioteca centrada en el mundo templario y en el Camino de Santiago y hasta una cafetería, y un museo arqueológico y zonas de visita turística en sus torres.