Un año pletórico de nociones

NOCIÓN es sinónimo de idea. Idea, cuando se exterioriza, es sinónimo de opinión. Cerramos hoy aquí esta sección pletórica de hechos, noticias que han auspiciado otras tantas nociones personales. Comenzamos el curso hablando de los dos modelos del Bierzo, el comarcalizado del PSOE y el de las áreas de servicios mancomunados del PP. Asistimos al avance de competencias del Consejo Comarcal y al acercamiento de la Junta de Castilla y León a la realidad y particularidad berciana. En el PP Caín siguió matando a Abel y a la gestión de Cerezales que, por su templanza logró auparse en las primarias del PP hasta la presidencia comarcal de este partido, se acabó con denuncia judicial por parte del perdedor Escuredo. Vimos como un ponferradino, Eduardo Fernández, se aupaba con el timón provincial del PP y de la Junta en León. Ello también a pesar de que en el reverso de su brillante moneda saltase a la palestra el caso del chalet de su madre en el Bárcena. En el PSOE se busca un candidato para Ponferrada, cuando tienen un excelente número uno ahora mismo al frente del grupo municipal. Y mientras alabábamos al mítico Café Capitol van, meses después, y nos lo cierran. Mucho hemos perdido los plumillas y mentes inquietas. Allí y luego aquí, hablamos de la macrocoalición regionalista que quiere formarse y desentrañamos muchas de esas claves. Animamos a votar para que nos hicieran oficialmente europeos, aunque ya sabíamos que lo éramos y hasta nos hemos quedado casi solos en la construcción de ese viejo sueño. ZP nos dio la de cal con el Ciemat y el Museo de la Energía, y la de arena con el Peit que es un fiasco para las comunicaciones bercianas y ponferradinas. Ni a Tinín Areces se le ha hecho caso para cofinanciar con la Junta la autovía Ponferrada-Villablino-Oviedo. Despedimos a Linares, a Iglesias... Nos quedamos helados como el bebé de La Cemba. Hay otras opciones. Desgranamos los inconvenientes burocráticos de ser berciano y supimos que hay exceso de ordenadores, pero no de uso de la red, por lo que la sociedad de la información en el Bierzo tarda en llegar. Conocimos a los bercianos en Moncloa. Pedimos orden en la gestión de Las Médulas. Soñamos con la Ponfe en su malogrado ascenso. Asistimos al abandono de 25 pueblos más. Nos aplicamos también en la petición de las Edades del Hombre. Hay que dar la talla. Lloramos por el Pajariel y, al fin, entre otras muchas, pusimos todos juntos la primera piedra del Castillo.