Diario de León

El último foco, localizado en Pombriego, logró ser perimetrado a lo largo de la jornada de ayer

La Junta da por controlado el fuego mientras los alcaldes exigen ayudas

La quema de pinos y castaños ha dejado a varios vecinos en una situación de riesgo económico

Las brigadas siguieron ayer con su trabajo en un intento de evitar nuevos rebrotes del incendio

Las brigadas siguieron ayer con su trabajo en un intento de evitar nuevos rebrotes del incendio

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Miguel Ángel Tranca - ponferrada
Ponferrada

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La Junta de Castilla y León redujo ayer a nivel cero los incendios de La Cabrera y el Bierzo aunque aún mantendrá retenes en zonas como Pombriego y Santalavilla con el fin de evitar que los rescoldos y el recalentamiento de la zona puedan hacer rebrotar las llamas. Mientras, los alcaldes de las zonas afectadas ya han empezado a recabar información sobre los daños ocasionados por el fuego que pueda permitirles solicitar ayudas a las administraciones, tanto la provincial como la autonómica y la central. En el caso de Benuza, su alcalde ya mantuvo en la jornada del domingo una reunión con el presidente de la Diputación de León a la que asistieron los pedáneos de la zona, sin duda alguna la más afectada en la ola de incendios que han asolado la comarca desde el miércoles pasado. Precisamente las llamas, en un primer momento, han dejado a su paso más de cuatro mil hectáreas calcinadas en Pombriego, Voces, Ferradillo, Santalavilla y Paradela, afectando según el regidor de Benuza no solo a monte bajo y matorral sino a castaños, chopos y viñas. «Ha sido una auténtica catástrofe ambiental ya que además del monte el fuego ha acabado con árboles como los castaños de los que vivían muchas personas de la zona. También las viñas se han visto afectadas y eso supone un golpe muy duro para las personas que se dedicaban en cuerpo y alma a ello», precisó el alcalde Rafael Blanco. Incluso en Santalavilla, población a la que el fuego llegó muy cerca, las conducciones de la traída de agua se vieron dañadas. En Trabadelo, los estragos de las llamas se dejaron notar en especies arbóreas como castaños y pinos. En el primero de los casos el fuego fue devastador. Por suerte, Las Médulas se salvaron de la quema aunque por poco. Estas circunstancias han llevado a los alcaldes a sopesar la posibilidad de solicitar para la zona la consideración de catastrófica con el fin de que lograr que los efectos del fuego sean paliados en parte con ayudas económicas. Respecto al estado de los incendios, la Junta dio ayer por controlado el único foco que permanecía con cierto riesgo. No obstante, a lo largo de la jornada de ayer los servicios de extinción continuaron trabajando durante toda la jornada asegurando un perímetro de cuarenta kilómetros que, debido a las altas temperaturas y los cambios del viento, podía haber dado lugar a reproducciones. Tras cinco días de intenso trabajo, el dispositivo se redujo ayer a 85 efectivos, muchos de los cuales permanecerán en la zona de Pombriego con el propósito de evitar posibles contingencias. Desde la Junta se precisa que la mayoría de la zona calcinada es de matorral de brezo. En otros puntos como Ferradillo y Voces el humo sigue ofreciendo un panorama de precaución a la espera de que en los próximos días sea extinguido.

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