«El padre está más ancho que un saco de puntas»

El carrito de Marcelino nunca circula sólo por Cabanillas. Su madre transita escoltada siempre por una cohorte de vecinos. En dieciocho años no se había visto nada igual en el pueblo. Casi ni de vacaciones. La más joven de las veraneantes tiene 13 años. Es la hija de Tere que pasa unos días en el pueblín antes de regresar a su casa en Bilbao. «Claro, la chavala dice que se aburre porque es que no hay nadie de su edad», afirma Domingo, el pedáneo. Además, todas las miradas y requiebros son para Marcelino. «El padre nunca había estado así. El padre está más ancho que un saco de puntas, que se suele decir por aquí», apunta el presidente de la Junta Vecinal. «Lástima que no hubiera un montoncín como éstos». Domingo sabe más que un deseo es casi un imposible. «Ya no convocamos ni concejos, porque no hay gente», se lamenta.