Manolo García cierra los conciertos de La Encina esta noche en el auditorio

Empezó siendo pintor de cielos y lagos en esos cuadros de cacerías que decoran los comedores de las casas populares y aunque nunca ha dejado la pintura, e incluso ha llegado a diseñar la portada de algunos de sus discos en solitario, es componiendo canciones e interpretándolas sobre el escenario como el arte de Manolo García se ha hecho popular. Siete años después de su separación de Quimi Portet, nadie duda de que Manolo García no necesita la sombra de El Último de la Fila y su descomunal éxito popular para seguir llegando a la gente. El cantante nacido en Férez (Albacete) y criado en el barrio barcelonés de Poble Nou, cerrará esta noche los conciertos de La Encina (22.30 horas, 17 euros en taquilla) con una actuación que promete congregar en Ponferrada a miles de devotos de su música. El público de Manolo García está de suerte. No entiende el cantante la música sin el directo, ya desde los tiempos de Los Rápidos y Los Burros, y eso suele notarse en cada concierto y en cada escenario. García recorre el país este verano promocionado su tercer disco como solista, Para que no se duerman mis sentidos , que le llevó año y medio de trabajo y que reúne 16 canciones, una de ellas instrumental. Al igual que sus dos anteriores grabaciones, Arena en los bolsillos y Nunca el tiempo es perdido , Para que no se duerman mis sentidos alcanzó el pasado año el número uno en la lista oficial de discos más vendidos en España (Afyve) con 200.000 ejemplares sólo en su primera semana. El cantante sigue así la estela de éxito masivo que abriera con El Último de la Fila desde que Enemigos de lo ajeno le encubró junto a Quimi Portet en 1986 y que ha llevado al Ayuntamiento de Ponferrada a prolongar un día más sus fiestas de La Encina para programar su concierto. La actuación de Manolo García cerrará las Noches de la Encina, que este año han congregado a miles de personas en el auditorio municipal para escuchar a solistas y grupos tan dispares como el colombiano Juanes o el dúo Amaral, en la cresta de la ola este verano, a grupos cañeros que no hacen concesiones, como los mexicanos Molotov y leyendas de rock nacional como el incombustible Rosendo, junto a sensaciones adolescentes como Andy & Lucas, o bandas que como Los Mojinos Escozíos hacen del rock duro un eructo.