«Casi teníamos asumido que ésto iba a pasar, no estaba atendido», dice el pedáneo
Los vecinos de La Portela sabían que José Antonio padecía un desequilibrio mental y que algún día ocurriría algo grave. Con sus padres o con alguno de los habitantes de la localidad. En cierta ocasión se le intentó internar en un centro asistencial, pero el encierro resultó efímero tras una recogida de firmas. Deambulaba por las calles del pueblo y a veces recorría la carretera hasta Villafranca o Vega. Además no le faltaba dinero tras haber ganado un premio de 60.000 euros. «El chaval estaba muy mal. Casi lo teníamos asumido que cualquier día pasaba alguna cosa», se lamenta el pedáneo de La Portela, Gervasio Fernández. «Tenía que estar en algún centro, la culpa es de los políticos», añadió. La reflexión crítica brota entre la consternación del pueblo. «Los dos vecinos que me avisaron de que algo pasaba en la casa, que tienen 84 años, están en la cama con un ataque de nervios», afirma Gervasio. Lo mismo que los otros cuatro hijos de las víctimas, que residen habitualmente en Barcelona.