La Asociación de Caboverdianos reanuda su actividad tras la polémica

Tras cumplir la sanción por la que el Ayuntamiento mantuvo precintado durante tres meses su local en la calle San Genadio, la Asociación de Caboverdianos reanuda hoy su actividad anunciando que si continúa la «presión constante» a la que, supuestamente, les someten los vecinos se plantearán la posibilidad de acudir a los tribunales para «ejercer nuestro derecho a la libre asociación». En una rueda de prensa en la que compareció el abogado del colectivo, Ramiro Palacios, acompañado por el presidente de la asociación, Francisco Eduardo Barbosa, y el vicepresidente, Antonio Silva, los caboverdianos mostraron la licencia por la que el Ayuntamiento les permite realizar reuniones así como actividades culturales y de ocio. El abogado del colectivo aseguró que en ningún momento su sede ha albergado eventos que excedan los límites de la licencia concedida por el consistorio ponferradino en noviembre de 2004. Además, Ramón Palacios, declaró que los caboverdianos procedieron a la insonorización del local como uno de los requisitos complementarios para la obtención de la licencia. Palacios afirmó que los problemas con los vecinos comenzaron de manera inmediata. Concretamente las primeras denuncias llegaron cuando los caboverdianos celebraron en su local las fiestas de nochebuena, nochevieja y año nuevo. Fue a partir de este día cuando la comunidad de vecinos interpuso ocho denuncias más contra la asociación. El abogado quiso desmentir a los vecinos que les acusan de cometer «exceso de ruidos» declarando que «no hay ninguna propuesta del Ayuntamiento que diga que se suspende la actividad de la asociación por que la asociación tenga problemas de ruidos» a lo que añadió que el precinto se debió a la «organización de fiestas en los días señalados», unas fechas en las que, según declaró Palacios, existen fiestas en toda la ciudad y los problemas sólo los tiene la Asociación de Caboverdianos. Palacios afirmó que la «presión» de los vecinos se encamina hacia «una postura bastante racista» y que el colectivo caboverdiano continuará desempeñando sus actividades.