Diario de León

En la mayor parte de las veces este tipo de sucesos podrían evitarse con tratamiento obligado MÉDICO DE FAMILIA CENTROS DE SALUD MENTAL HOSPITAL Y SANTA ISABEL

Perturbados homicidas, historias de enfermos que matan a los que quieren Los centros de Salud, la puerta de entrada Casi 400 ingresos al año en la Unidad de Agudos Pisos y estancias de media jornada programadas Un diez por ciento de la población berciana

Ocho asesinatos en ocho años a cargo de enfermos mentales. Se medica a 13.000 paci

Los familiares suelen ser las víctimas habituales de este tipo de sucesos

Los familiares suelen ser las víctimas habituales de este tipo de sucesos

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Alejandro J. García La semana pasada un desequilibrado psíquico, José Antonio López Gómez, de 40 años, mató a su padre y provocó graves heridas por arma blanca a su madre. Una discusión familiar en la que, supuestamente, el homicida bajo los efectos del alcohol recriminaba más dinero a sus padres acabó en tragedia. Una tragedia que los vecinos de la localidad de La Portela, donde tuvo lugar el suceso, ya venían venir desde hace años. El pedáneo del pueblo, Gervasio Fernández afirmó que «tenía que estar en algún centro, la culpa es de los políticos. Deambulaba por el pueblo y hacía cosas extrañas porque está mal». José Antonio, pasó hace cinco años por los Servicios de Atención Mental, desde entonces, nadie veló por su evolución. Este reciente caso de La Portela es la punta de un iceberg. En la comarca del Bierzo se produce un suceso de este tipo al año. De hecho, ocho homicidios en ocho años confirman esta fría y real estadística. Entre éstos, destacan los parricidios, hijos con trastornos mentales que se hacen personas adultas y maduras al lado de sus sufridos padres, generalmente personas ya ancianas que, sufren y conviven impasibles con el dolor y el terror cotidiano, amén del peso económico de un sistema de atención social y sanitario en entredicho y cambiante a golpe de decisiones políticas tomadas muy lejos del día a día, del contacto con la realidad. Casos famosos En la reciente historia berciana destacaríamos cuatro asesinatos en Ponferrada: El crimen del garaje en el año 2000 fue muy comentado con un trastorno emocional de por medio que hizo delinquir a una persona en apariencia normal, poco después en la Avenida de La Puebla un hijo mató a su padre a hachazos bajo los efectos de psicotrópicos y de conflictividad habitual...Pero los pueblos también tienen su negra estadística. Además de la Policía, la Guardia Civil, en este caso, son los que tuvieron que investigar un homicidio parricida en Bembibre, disparos en Villaverde de los Cestos, un intento de asesinato en Otero de Naraguantes en el 2003 de un hijo a su padre, un asesinato de una vecina de Toreno que facturó desde Coruña a un niño en una maleta hijo de unos amigos, un muerto a cenicerazos a cargo de José Tejero Prada en otro pueblo berciano, en el 2002 resultó asesinada una joven de Dehesas a manos de su novio, con personalidad muy violenta... «Si el paciente no quiere, rehuye la consulta es imposible», aseguran los expertos psiquiatras. Sin embargo, el médico de cabecera, de familia o de medicina general, llamémosle como le llamemos, es la puerta de entrada al sistema de atención y preventivo para personas con trastornos mentales. Convencer al paciente con esquizofrenia, trastorno bipolar o paranoias es tarea de familiares, amigos, vecinos y de los médicos más cercanos para iniciar un más que necesario tratamiento y seguimiento. Los centros de Salud públicos atienden a diario cientos de trastornos leves. La Unidad de Agudos creada hace ocho años en el Hospital del Bierzo atiende cada año a más de 2.000 consultas externas nuevas cada año, y tuvo 341 ingresos en el 2003 y 374 en el año pasado. «Aquí los tratamientos duran de una a cuatro semanas. Después son dados de alta y pasan al Centro de Salud o al Centro de Rehabilitacióncon tratamiento ambulatorio», explica el doctor Segovia. Los informes se derivan hacia arriba, esto es, al Centro Santa Isabel en León, para casos graves, y hacia abajo, a los Centros de Salud Mental. El seguimiento funciona «si el paciente no se sale del sistema», se recalca. El reciente y triste ejemplo de La Portela demuestra que si la persona no quiere, efectivamente sale del control y de la atención médica. Sólo cuando un caso grave comete un delito es cuando se le ingresa durante años, generalmente en la prisión de Foncalent, en la zona de Alicante. En el Bierzo existen dos centros de Salud Mental en Ponferrada, así como también otros dos de Rehabilitación Psicosocial en el barrio de Cuatrovientos, regidos bajo concierto con el Sacyl, la Sanidad Pública de Castilla y León, por el Hospital de la Reina, privado. Allí existen 25 plazas para que durante media jornada los pacientes realicen un programa de seis a nueve meses de actividades y tratamientos. También existe un piso tutelado a cargo de la Asociación de Enfermos Mentales del Bierzo, que espera contar con más recursos y lugares. Los dispositivos sanitarios para este tipo de enfermos atienden anualmente a 13.000 pacientes. Las enfermedades más comunes son tres: esquizofrenias, trastornos bipolares y paranoias. A pesar de la, a priori, reticencia o alarma social que pueden generar lo abultado de estas cifras y lo grave de las dolencias, el psiquiátra José Manuel Segovia aclara que «un enfermo de este tipo no es peligroso, muy al contrario de lo que piensa el resto de la sociedad. Es precisamente un peligro cuando en su vida aparecen sustancias como el alcohol o las drogas. Aparece entonces esa agresividad, ese conflicto interno que estalla con los más cercanos, en estos casos, suelen ser los padres, parejas o familiares». Los expertos son contundentes: «con el tratamiento adecuado estas personas no serían homicidas, pero, ¿quién obliga a que tome el tratamiento prescrito». En el fondo, hay una velada crítica o súplica, según se mire, al sistema judicial. Por un lado se pide la integración en la sociedad de estos enfermos y por otro nadie los quiere a su lado. Los dispositivos sanitarios trabajan a destajo para que estos macabros sucesos no ocurran y el «encierro de por vida. Tampoco es la solución», afirma el doctor. Familias, las víctimas En los años 80 se dio carpetazo al sistema de manicomios como «cajón de sastre» en donde grandes recintos atendían de por vida a pacientes con diversos grados en sus enfermedades. Actualmente se pretende integrar socialmente a estas personas que, sin embargo, nadie quiere. Son las familias y los ingresos temporales en unidades psiquiátricas los que soportan el peso del sistema.

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