Refuerzo institucional a una sede con polémica vecinal

«Somos una comunidad trabajadora y pacífica y por eso no entiendo las protestas de los vecinos. En toda España ninguna asociación de caboverdianos tiene problemas con los vecinos excepto en Ponferrada y eso es algo que me preocupa». Con estas palabras explicó el Cónsul de Caboverde, Silvino López, el motivo de su visita a la comunidad de su país en Ponferrada, que ha reabierto su sede después de que el Ayuntamiento se la cerrara por periodo de tres meses dadas las protestas por ruidos de los vecinos. «No puedo afirmarlo categóricamente, pero sin duda en este caso, dado que es el único lugar en el que nuestros compatriotas tienen problemas, puedo decir que las razonas parecen obedecer a unos indicios de discriminación vecinal», afirmó el cónsul. López aseguró que su comunidad no tiene malas relaciones con el Ayuntamiento Ponferradino ni tampoco con su ciudadanía, sino que se trata de un problema de «falta de tolerancia de un número escaso de unos ocho o diez vecinos», dijo. Por esta razón, apoyado por el diputado caboverdiano de Inmigración, Manuel Monteiro, el cónsul lanzó una petición de comprensión y de tolerancia a los vecinos, a los que pidió que entiendan la importancia que tiene la labor de la asociación en la integración y en el bienestar de los ciudadanos de su comunidad. Además, aseguró que solicitarán al Ayuntamiento una nueva licencia para que no haya problemas de legalidad con las actividades que en el local se realizan, un local, que, por cierto, puntualizó, «está insonorizado». Monteiro afirmó que el 70% de los caboverdianos que residen en España son también españoles, es decir, que contribuyen al pago de los impuestos estatales.