Las peleas de pandillas ya no son un problema

Tanto el alcalde como el comisario jefe dieron ayer por superado el problema de inseguridad que se generó en el barrio del Temple ante la sucesión de peleas nocturnas de pandillas de adolescentes durante los fines de semana. El aumento de la presencia policial en las calles y sobre todo la mentalización de los jóvenes ha contribuido a restar gravedad a los enfrentamientos, aunque, reconoció Merediz, nunca se tendrá la seguridad de que se erradican del todo. «Donde hay alcohol y jóvenes es imposible evitar las peleas. Se han reducido bastante, sobre todo en su gravedad y cuando las hay ya no suelen intervenir navajas, armas o botellas», manifestó José Luis Merediz. El comisario destacó como el aumento de la presencia policial ha sido bien recibida en general. «Las patrullas han sido bien recibidas por parte de bastantes jóvenes, que tampoco querían las broncas», afirmó. Prudencia del alcalde El alcalde fue más cauto, aunque también mostró su alivio por que la coordinación de las fuerzas de seguridad haya servido para atajar el problema que se estaba generando en torno a los bares de copas de la zona del Temple, donde los fines de semana se suelen concentrar más adolescentes. «Aquella situación se ha corregido, y esto hay que decirlo con extremada prudencia, porque parece que estas cosas las llama el diablo», dijo Carlos López Riesco, quizá cruzando los dedos mientras hablaba.