Piden en el juzgado la minusvalía para una enferma de fibromialgia

Nadie sabe las causas y no tiene tratamiento, pero el dolor muscular puede ser tan agudo que puede convertir algo tan sencillo como destapar un yogur en un castigo. Se trata de la fibromialgia, una dolencia crónica que afecta a los neurotransmisores de los músculos y que ha costado el empleo a una trabajadora de un supermercado de Bembibre porque se veía imposibilitada para realizar su tarea. Y todo sin que la Junta de Castilla y León reconozca su patología como enfermedad. Afectados por el síndrome, unidos en la asociación Fibrobierzo, se concentraron ayer a las puertas de los juzgados de Ponferrada para solidarizarse con su compañera, que pleitea con la Junta para que la administración regional le reconozca algún grado de minusvalía. La propia afectada, que ha visto como el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León revocaba la sentencia de un juzgado leonés que le concedió la incapacidad total, no pudo desplazarse a Ponferrada para asistir a la vista oral porque los fuertes dolores que sufre la tenían postrada en una cama. «La sufro desde que tenía 20 años -decía ayer Carmen Rodríguez, de 67- y he llegado a pasar tres años en cama. Es mi esposo quien tiene que hacer cosas como quitarle la tapa al yogur o cortarme el filete», La fibromialgia también afecta a personas jóvenes -la trabajadora del supermercado, que prefiere mantener su nombre en la más estricta intimidad, tiene 34 años y existen otros seis casos similares a punto de pasar por los juzgados de Ponferrada- y sólo se pueden combatir sus síntomas, en muchas ocasiones recurriendo directamente a la morfina. Por eso, la presidencia de Fibrobierzo, Mari Luz Díaz, no sólo reclamó a la Junta que reconozca la enfermedad y cree equipos médicos que valoren los grados de minusvalía a los que condena a los afectados, como ya hacen en comunidades como Cataluña. También exigió a la administración que abra unidades del dolor para hacer más llevadera la patología.