Diario de León

| Reportaje | Inauguración en Molinaseca |

De maestros del botillo a gourmets de hostelería rural

La familia Arias pone en marcha en pleno Camino de Santiago «De Floriana», un hotel con encanto, con varias salas de restaurante tras efectuar una inversión de 2,5 millones de euros

El centro rural hace gala de una arquitectura tradicional y moderna

El centro rural hace gala de una arquitectura tradicional y moderna

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M. Félix - ponferrada
Ponferrada

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Llevan varias generaciones siendo maestros artesanos del embutido rey berciano, el botillo, y ahora emprenden también de lleno su incursión en el mundo de la hostelería rural. La familia Arias, conocidos por sus productos cárnicos Frimols, estrenaban ayer un hotel y restaurante con encanto. Le llaman «De Floriana» en memoria de la madre de los hermanos Toño y César Arias, que son los que lo regentan. El hotel está en Molinaseca, en pleno Camino de Santiago, y es claramente identificable porque a su entrada, frente a su fachada, lo preside un monumento al botillo confeccionado en bronce sobre pedestal de pizarra, insignia dedicada en homenaje al abuelo ya fallecido, José Arias. Para la ocasión, los promotores de esta iniciativa hostelera, en la que se han invertido 2,5 millones de euros, contaron con numerosos invitados. Estuvo el consejero de Fomento de la Junta Antonio Silván. Estaba el alcalde de Molina, el responsable de Turismo del Consejo Comarcal del Bierzo y también alcaldes y representantes municipales de otros puntos como Carracedelo, Congosto, Cubillos o Ponferrada. Todos destacaron la valía de esta iniciativa, que vendrá a dar valor añadido al turismo rural, no sólo de Molinaseca y el Bierzo, sino de toda Castilla y León. El patriarca José Arias no ocultaba ayer su emoción al ver este nuevo proyecto emprendedor y recordaba a su padre cuando iban a Ponferrada a vender botillos, como pioneros de la expansión de este producto. «De Floriana» cuenta con 22 habitaciones dobles. El mimo del arquitecto Gerardo Arias Fernández se hace notar en los 1.800 metros cuadrados del inmueble. Buena comida a buen precio, con una bodega espléndida y cuidada temperatura. El buen gusto es visible en la decoración.

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