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Publicado por
ALEJANDRO J. GARCÍA NISTAL
León

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EL CONSEJO Comarcal, organismo que está llamado a ser el Gran Ayuntamiento del Bierzo, ha encontrado en el área de los Servicios Sociales un filón sin precedentes y una razón de ser que añadir a su reivindicativa idiosincrasia. Precisamente, en el anhelo de acercar la Administración al ciudadano, los 37 municipios bercianos son la puerta de entrada a una serie de atenciones que, sin embargo, no pueden sufragar por carecer éstos de suficientes recursos. Discapacitados, físicos y psíquicos, menores, mayores, pobres, inmigrantes, colectivos de género, familias desestructuradas, desempleados... y una serie de grupos de población que necesitan una atención especial en aras a una integración y una corrección que la propia dinámica del sistema genera, conforman el público al que esta política social está dirigida. Antigüamente, la Iglesia, era la gran ONG de la sociedad. Años despues se fue sumando el propio Estado. Hoy en día, el peso recae en innumerables oenegés y las administraciones públicas en sus más diversos niveles. Es en este batiburrillo, donde parte de los recursos y esfuerzos se pierden, por desgracia por el camino burocrático. En el Consejo Comarcal se está realizando en connivencia con la Junta de Castilla y León una tarea callada, silenciosa, oscura, pero muy eficaz. Adopciones, cursos de formación... Últimamente, donde está haciendo un elevado esfuerzo es en la política de género, esto es, de equiparación de la mujer en la sociedad. Las reivindicaciones feministas deben dejar de ser un rosario de reclamaciones egocéntricas y de manido uso, que como arma arrojadiza, una serie de mujeres han utilizado pseudopolíticamente y, en la mayor parte de las veces, con una visión sesgada de la realidad. Sin embargo, en el Consejo un grupo de trabajadores-as anónimos están demostrando a diario que se es más útil atendiendo a una maltratada, asesorando legalmente y apoyando a la carga familiar que suele venir con la persona, que abrir frentes estériles, por ejemplo, con la utilización no sexista del lenguaje. Un apunte. En nuestro gremio, si nos pusiéramos tozudos, tendríamos que estar molestos por llamarnos periodistas y no periodistos a los que somos del género masculino. Y no pasa nada. Nadie se rasga las vestiduras. También es cierto que muchas veces los fondos económicos públicos no se utilizan bien, como el curso de boxeo. Pero lunares aparte, apoyemos a esa serie de iniciativas en aras de una sociedad mejor.

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