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Pasando de humos

Los escolares de los institutos de Ponferrada asisten a un espectáculo teatral organizado por la Concejalía de Acción Social para evitar que se enganchen al consumo de tabaco

Dos de los actores de la representación teatral se afanan en colocar una bombilla

Ponferrada

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«¿Si el tabaco es una droga, porque no la prohíbe Zapatero?». La pregunta se la hacía ayer uno de los escolares que asistió en la Casa de la Cultura a una representación teatral organizada por la Concejalía de Acción Social dentro de su campaña de prevención del consumo de drogas. «Pasando de humos», se titulaba, y «pasando de prohibir, decide tú mismo», fue la respuesta que recibió de los técnicos de Acción Social que trataron de resolver dudas al término de la representación. «Nosotros lo que tratamos es de formarles, no de prohibir nada, porque con un chaval de 13 y 14 años no sirve. Se trata de que tomen sus decisiones después de informarles de los riesgos, porque no entienden que el tabaco sea una droga, igual que el alcohol», contaba Ruth Fernández, educadora del Plan Municipal contra las Drogas. Las estadísticas dicen que el primer cigarro se fuma a los trece años y medio, antes incluso que la primera copa. Y en torno a esa edad tienen los escolares que ayer asistieron a una representación que se repetirá hoy con dos nuevas sesiones. El teatro, con sus técnicas visuales, sus gestos y el humor de las réplicas entre actores, resulta más efectivo que una charla para que los adolescentes de la generación del messenger y el MP3 conecten con el mensaje antitabaco, opinan los responsables del programa, y por eso se han traído de Madrid a tres actores de la compañía Jipicu. «Con el humor, entra mejor el mensaje», decía ayer Carlos Ruiz, uno de los tres actores de Teatro Jipicu, enfundado en el mono con el que minutos después se pondría en la piel de un electricista que convierte un sencillo cambio de bombilla en una odisea, para alboroto de un público que va entrando así en el fondo del espectáculo. Preguntas directas Después de las distintas escenas, llega el turno de las preguntas. Y los adolescentes no se suelen callar. Además de no entender cómo es posible que se les diga lo malo que es el tabaco, y lo fácil que le resulta a un adulto entrar en un estanco y comprar un paquete de cigarros, algunos preguntan si es cierto que el tiene alquitrán. Es entonces cuando se les recuerda que la nicotina de los cigarrillos, junto con la heroína, es la sustancia más adictiva que se conoce. «Lo que intentamos plantearles es que es mucho más fácil no empezar a fumar que después de dejarlo», recalca la educadora del plan municipal, que antes de cada sesión se encarga de recordar que el tabaco mata a miles de personas cada año. Claro que hay mensajes que ni con el humor parecen calar del todo y alguno, más vacilón que otros, llega a decir que «fuma mogollón», no se sabe si porque es verdad o sólo porque pretende provocar, que para algo tiene 14 años.