San Justo y Cabanillas
COMO POSIBLE ejemplo de despilfarro y mal destino de los fondos Miner, cita Roberto Arias, periodista perspicaz y generalmente bien informado, las instalaciones deportivas de san Justo y Cabanillas, en Noceda. Nada más lejos de la realidad. Esas instalaciones fueron diseñadas hace más de veinte años y desarrolladas sin aportación de los Fondos Miner, concebidas como lugar de encuentro de ambos pueblos, junto a la iglesia equidistante de la Virgen de la Vega que les ha unido y también separado. La explanación la hizo un empresario de la zona, gratis; allí coincidieron la generosidad de los propietarios, la colaboración de la Junta Vecinal, el trabajo por concejo y la ayuda de los Planes Provinciales. Primero se hizo el campo y el pozo para riego, luego el área de relación y barbacoa; los árboles los plantaron vecinos , niños y mayores de todo el Municipio, una fiesta. Luego se hicieron las pistas polideportivas y finalmente el bar-terraza de verano para autofinanciar el servicio, que venía funcionando razonablemente bien, atendido por una familia, hasta que hace algunos años, el actual alcalde mandó cortar la luz y cerrar el recinto, ahora campo de desolación y abandono. El asunto está en los tribunales. Nadie ignora en Noceda que iniciativas promovidas por corporaciones anteriores no son bien vistas por la actual mayoría, por su pecado de origen. Valorar un servicio público, igual da que sea un área de convivencia o una cooperativa, según el color político de los promotores, es una forma miserable de entender la política y un lamentable retroceso, porque esas obras se hicieron por consenso, todos los miembros de aquellas corporaciones, del PSOE, del PP y del PB. trabajaron gratis durante varios mandatos y destinaron, además, los gastos personales que les ocasionó su trabajo público, para ayudar a financiar los servicios más urgentes en el Municipio. Es bueno recordarlo ahora que tantas críticas se vierten contra la voracidad de los políticos. Estoy de acuerdo con Roberto, en que los dineros del Miner no deberían gastarse en gollerías como las aceras de lujo y menos, añado yo, destruyendo otras mejor hechas y respetuosas con el medio rural, como acaba de suceder en Noceda. Eso es despilfarro. Ni es correcto completar los servicios mínimos a los que vienen obligados los Ayuntamientos por ley, a costa de los Fondos Miner, que pasan de ser adicionales a convertirse en sustitutivos.