«En el Temple, la gente riñe más y vive menos»

«Lo de Flores del Sil es un problema sociológico», decía anoche uno de los habitantes del barrio, en un centro cívico abarrotado de vecinos, propietarios o no de terrenos, que asistieron al encuentro con el alcalde y los técnicos que redactarán el PGOU. «Tenemos unas calles estupendas, pero pocas alturas y eso está empobreciendo al barrio, porque en lugar de bajos tenemos entreplantas habitadas; un palo tremendo porque no hay desarrollo comercial». No es de extrañar que muchos de los presentes en la reunión coincidieran en reclamar más alturas (hasta seis para las calles principales y tres o cuatro para el resto, donde hoy sólo pueden edificarse dos) y que se llegara a poner como ejemplo de «especulación urbanística» las manzanas de calles estrechas del Temple y entre la avenida de La Libertad y la avenida Valdés. Abrir la ventana y encontrarse una pared de ladrillos, fue el argumento, no es bueno para la convivencia, ni para la salud. «Está demostrado que la gente es más infeliz, riñe más y vive menos», añadía el mismo vecino, que también reclamaba bajos con más fondo debido a las grandes manzanas. En general, quienes rompieron anoche el hielo para hacerle peticiones concretas al alcalde, reclamaron un anteproyecto del PGOU para poder opinar a posteriori. «Yo tengo infinidad de ideas», decía otro vecino. «Pues adelante» le animaba el alcalde. «Igual me tiró hasta mañana». «No tengo prisa ninguna». «Comunicar Flores del Sil con La Placa», empezaba diciendo el vecino. Y lo de anoche promete ser sólo el principio de más propuestas. «Este es el primer envite», le dijeron a Carlos López Riesco.