¿Los grandes blancos españoles?

DESDE que me he enterado que Tuntankhamon bebía vino blanco vivo más tranquila. Gracias al análisis realizado por la investigadora María R. Guasch en las ánforas de la tumba de este faraón, podemos decir que los antiguos no sólo bebían vino tinto y que además éste era una bebida apreciada, sólo reservada para las clases altas. Al menos sabemos que el vino blanco tenía mejor tratamiento que hoy en día. Qué sabemos sobre los vinos blancos y sus variedades, prácticamente muy poco con respecto a los tintos. Si preguntamos a un bebedor de vino, qué opinión le merecen los blancos, recurrirá a los habituales tópicos: el mejor blanco es un tinto, es bebida de mujeres, mejor en verano. Quizá todos estos tópicos se deben a que nunca se han elaborado grandes blancos en España, siempre han sido tintos e incluso el consumo nacional está centrado en los tintos. ¿Son valorados los blancos? Pues realmente no, los consumidores estamos acostumbrados a ese «blanquito» frescos, afrutado y liviano como el agua y eso sí, servidos muy fríos y en época estival. ¿Cambiará esta sintonía? Es probable, todo apunta a que los amantes de los grandes blancos borgoñones o rieslings alemanes, puedan en pocos años encontrar en España, vinos blancos complejos, con personalidad propia y con gran potencial de guarda. Pero lo interesante es que no será necesario recurrir a las anodinas variedades francesas de resultados anodinos. Los expertos en el tema ya vaticinaban un salto similar al que se produjo en los vinos tintos, gracias a las nuevas formas de elaborar y al interés por las variedades autóctonas blancas. Sin quitarle mérito a la verdejo castellana, todos los críticos ponen los ojos en la cercana Galicia y su maravilloso patrimonio varietal. Además de los nuevos vinos de variedades gallegas poco conocidas fuera del mercado local: como son la treixadura, doña blanca, loureiro, torrontés o la godello muy común también en el Bierzo. Se están produciendo cambios en las propias elaboraciones, para huir de ese blanco simplón, los enólogos se han adentrado en el terreno de la crianza con excelentes resultados: crianza sobre lías, en depósito, en barrica, en tinos, otros métodos y resultados sorprendentes. En las nuevas elaboraciones encontramos vinos interesantes, complejos, minerales y de gran volumen, lejos de aquellos del año facilotes, acompañantes de algo más que un pescado o un marisco. ¿Seguirá siendo el mejor blanco un tinto?