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Publicado por
RAQUEL PALACIO VILA
León

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SIGUEN la polémica y los desacuerdos. Sigue el tema en los papeles de prensa que llegan a los bares y a los ojos lectores, a veces interesados, a veces comprometidos, a veces detenidos sólo en titulares, y a veces afectados y dependientes del devenir de la noticia. Y es que, aunque se despolemice la polémica y se acuerden los desacuerdos, han tenido que mediar disturbios que llamen a la seriedad a quienes no bajaron nunca a la mina, ni siquiera por curiosidad. A quienes, a ras de suelo, ocupan sillas seguras cada jornada de un trabajo que asegura la supervivencia. La sobrada supervivencia económica y la otra, la literal. Sí, es vieja la canción. Y una y otra vez, aunque parezca que avanzan los tiempos, y con ellos nosotros, tiene que repetirse, como por ensalmo suplicante, el estribillo rabioso de quienes en vez del merecido descanso y la legítima tranquilidad, se encuentran pasotismo y gamberrada total a la salida del pozo. Se encuentran solos. Se topan de morros con colosal falta de respeto. La vida puede ser muchas cosas. Una de ellas es la paradoja. La paradoja de ser envidiados u obviados por el hecho de tener un buen sueldo. O por el relativo privilegio de prejubilarse y poseer una vida con cada mes resuelto. La paradoja de ganarse el pan a cambio de un par de pulmones. La de crear una familia por encima del temor callado de que cada día puede ser el último. Nada paga el miedo, y menos cuando es inútil. Porque el equilibrio de un funcionamiento a base de carbón debe mantenerse todavía, aún no es momento de apagar las ascuas, pero su borrón y cuenta nueva se huelen a la vuelta de la esquina. Y de momento hay que seguir arrancando piedras negras a las entrañas de la tierra, por muy abajo que estén. La cuestión, salvando a un lado que estos hombres sufran de desorientación total al prejubilarse o de ausencia de alicientes, es que las cosas siempre se pueden hacer mejor. Mejor dicho, se pueden hacer bien. Y se hacen mal. Se enfoca desde la perspectiva del bolsillo lleno y la conciencia en encefalograma plano. Y el enfoque humano para quien lo sea. Lo humano ha tenido que manifestarse enseñando los dientes. Las minas que un día quedarán abandonadas podrían bien convertirse en cultura visitable. Pero mientras reinen los intereses monetarios, los pensamientos en clave de euro, nada auténtico ni fiel podrá resultar de todo este negro negocio. Sólo el recuerdo y la canción. Santa Bárbara bendita, debes de estar exhausta.

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